Lo que has hecho, Marlaska, es de miserables
Lo que ha hecho el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al acusar al coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos de estar detrás del uso de fondos reservados para la trama Kitchen es una ignominia propia de un personaje indigno. La cobardía moral de Marlaska es infinita, porque en lugar de acatar la sentencia del Tribunal Supremo que le obliga a restituir en su puesto al militar, lo que ha hecho es esparcir porquería sobre la figura de Diego Pérez de los Cobos, un profesional con una intachable hoja de servicios que ya en 2020 fue exonerado de cualquier culpa por la Audiencia Nacional, donde compareció como testigo. O sea, que la acusación de Marlaska es tan rastrera como el personaje. Bien sabía Marlaska lo que hacía señalando falsamente a De los Cobos: poner al coronel en la diana de los golpistas catalanes. Las declaraciones del ministro han provocado una campaña separatista contra él en el Congreso, donde Junts ya ha lanzado una batería de preguntas exigiendo conocer los detalles de esos supuestos fondos reservados irregulares y pidiendo a Interior que inicie un proceso contra el coronel.
Lo que ha hecho Marlaska es de querella inmediata. Lo sabrá él, que es juez, aunque se comporte como un miserable. La frase del ministro le retrata: «¿Usted tendría confianza en aquellas personas que gestionaban los fondos reservados sin el debido control y permitieron con ese no control de los fondos reservados que se utilizaran para destruir pruebas para que el PP pudiera ocultar sus responsabilidades?». Eso ha dicho ahora para justificar la purga del coronel. Toda una infamia.
La pinza Marlaska-golpistas catalanes está en marcha: la formación presidida por el prófugo Carles Puigdemont ha lanzado una serie de preguntas por escrito exigiendo una investigación a fondo sobre la figura de De los Cobos. Pocas veces un ministro del Gobierno de España se ha comportado de manera más innoble.