Las lecciones de democracia del PSOE
El 15 de junio de 2017, hace más de 5 años, se cumplieron 40 años de las primeras elecciones democráticas celebradas un año y medio después de la muerte de Franco. Aquellas primeras elecciones democráticas que dieron paso a la legislatura constituyente, las ganó la UCD de Adolfo Suárez con una holgada mayoría y 47 escaños de diferencia con un PSOE que fue segundo. Después de aprobada la Constitución de 1978 se celebraron unas nuevas elecciones generales en marzo de 1979 y en ellas Adolfo Suárez mejoró sus resultados obteniendo tres diputados más, manteniendo la distancia de 47 escaños con un PSOE que volvió a quedar segundo. Las siguientes elecciones generales, las primeras que ganó el PSOE hace ahora 40 años, se celebraron a finales de octubre de 1982, unos meses después del intento de golpe de Estado de los generales Armada y Milans del Bosch y el teniente coronel Tejero.
Aquellas elecciones de 1982 tuvieron que adelantarse 6 meses por el juego sucio del PSOE y la ambición de Felipe González. La primera legislatura después de aprobada la Constitución debería haber sido tranquila para Adolfo Suárez, ya que su partido contaba con 168 de los 350 diputados y la Coalición Democrática de Manuel Fraga tenía 10; pero terminó siendo una pesadilla para él. La crisis del petróleo había traído un problema de paro hasta entonces desconocido, que unido a los incesantes atentados de la banda terrorista ETA, con casi 100 asesinatos cada año, animaron a los socialistas a presentar, en mayo de 1980, una moción de censura que perdieron, pero que fue utilizada para desestabilizar al Gobierno y promocionar la figura de Felipe González. Finalmente, Suárez se vio forzado a dimitir en enero de 1981 y su sucesor, Leopoldo Calvo-Sotelo tuvo que adelantar las elecciones, como quería el PSOE.
Cuando el PSOE de Felipe González ganó por mayoría absoluta las elecciones de 1982, España llevaba ya cinco años de democracia, desde 1977. En esos años más los dos anteriores, desde la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, se llevó a cabo la Transición, un proceso de tránsito ordenado y pacífico hacia la democracia que se ha convertido en un modelo a imitar por otros países. En la Transición los españoles decidimos perdonarnos mutuamente los desmanes cometidos antes, durante y después de la Guerra Civil, en pos de una paz y una unidad que permitiera sanar nuestras heridas y mirar al futuro con esperanza. Pero ni Felipe González ni el PSOE tuvieron ninguna relevancia en la Transición. Sus protagonistas fueron Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, Manuel Fraga y hasta Nicolás Redondo y Marcelino Camacho. Entre los 7 ponentes llamados padres de la Constitución sólo había un socialista, Gregorio Peces-Barba, y Felipe González era sólo ese joven con chaqueta de pana que Alfonso Guerra decía que llegaba oliendo a establos.
El PSOE es un partido con 143 años de sangrienta historia bolchevique, golpista, terrorista y corrupta. Su fundador, Pablo Iglesias, presumía de haber participado en la Semana Trágica de Barcelona de 1909 en la que quemaron 80 iglesias y conventos y murieron 78 personas. Colaboraron con la dictadura del General Primo de Rivera en 1923. En octubre de 1934 los socialistas promovieron una huelga general que desembocó en un golpe de Estado contra la II República. El 1 de julio de 1936 el diputado Ángel Galarza (PSOE) amenazó de muerte en el Congreso a Calvo Sotelo, que fue asesinado doce días después por Luis Cuenca Estevas (PSOE), guardaespaldas de Indalecio Prieto (PSOE). Los socialistas Largo Caballero y Negrín expoliaron más de 500 toneladas del oro del banco de España que enviaron a Moscú junto a todas las joyas robadas a los españoles. Después de la Transición el PSOE creó y financió el terrorismo de Estado de los GAL. Financiaron su partido con Filesa y han robado 680 millones de euros a los parados andaluces para gastárselos en drogas y prostitutas, por lo que tienen a dos presidentes condenados. Pocas lecciones de democracia puede dar este partido que celebra ahora el 40 aniversario de su llegada al poder como si con ellos hubiera llegado la democracia a España.