‘Karateca’, a sangre fría

‘Karateca’, a sangre fría

El mote de ‘cocinero’, en un caso que se ha bautizado como Kitchen, evidencia su papel estrella. El otro apodo por el que se le conoce, ‘Karateca’, alude a ese arte marcial que se caracteriza por el empleo de golpes de puño, bloqueos y patadas, y en el que se necesita fuerza, rapidez y control de la respiración: otra palabra elocuente para designar al protagonista de este escándalo, un hombre que conduce tranquilamente un Audi6 a 240 kilómetros por hora sin parpadear, y que tiene aspecto de no salir del ring sin haber ganado o haber muerto en el intento.

En un país que vive una situación de emergencia por una pandemia mal controlada, que tiene a parte de su Gobierno imputado por delitos financieros, que ha demostrado explícitamente su incapacidad para dirigir, organizar y garantizar una feliz convivencia nacional, vuelve a inundar todo otro escándalo protagonizado por el principal partido de la oposición. Cortina de humo y todo lo que ustedes quieran, pero con una oposición así es muy difícil hacer frente a nuestro necio Gobierno. El PP de Mariano Rajoy es ahora mismo una sombra inmensa que tiembla. ¿Importa un iceberg afuera cuando el barco está en llamas?

El Partido Popular tiene sobre la mesa una polvareda siniestra que le pilla bajo mínimos. La reciente salida de Cayetana Álvarez de Toledo, las dudosamente acertadas intervenciones públicas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, un presidente que lo intenta por todos sus medios –y de eso no cabe duda-, al que le falta la brillantez del ingenio, unos barones que temen dar un paso al frente pase lo que pase, no son cuestiones que ayuden a armar el necesario caballo de Troya. La herencia recibida está podrida y el hedor parece que procede de mucho más adentro.

La investigación gira en torno a una operación policial que, utilizando a las Fuerzas de Seguridad, trata de solucionar un problema que tiene el partido con su ex tesorero, Bárcenas. Ya en prisión, allá por el verano de 2013, el foco se centra en su chófer, el ´cocinero karateka`, que a escondidas de la mujer del encarcelado, otra buena pájara, debía localizar el zulo con las supuestas memorias portátiles repletas de información peligrosísima para todos ellos. Entonces aparecieron los “teléfonos rojos”, inhibidores de los micros del coche y un sinfín de artillería pesada para hacer de las suyas sin ser pillados. 

La tenacidad de los periodistas investigadores puede resultar muy incómoda. Esa parte la conoce bien OKDIARIO, que ha ido desentrañando esta historia desde el principio. Los años setenta cambiaron el panorama en este sentido, cuando los Estados Unidos descubrieron, gracias a la prensa, algo para muchos insospechado: que su presidente era un pícaro. En la España actual, decir que el presidente es un pícaro es ser muy cariñosa con él; pero no es de él de quien se ocupa esta trama. El resumen de la Operación Kitchen se condensa en estas palabras: “Sergio (´Karateca`) ha creado a través del Jefe de Presidencia Cospedal disco duro. Muertos de miedo”. La traducción de este documento salido de Soto del Real es “¡Sálvese quien pueda!”.

El caso Watergate, que inauguró la denuncia de estas barbaridades, puso de moda el periodismo investigativo en el mundo entero. Hollywood se encargó de maquillarlo con un afeite de glamour y encanto, que no siempre tiene. El ciclo se cierra así: de la realidad a la prensa, de la prensa a la historia y de la historia a Hollywood. El papel del `Karateca` será muy principal y el actor deberá ser, sin duda, un tipo duro. Bárcenas, ya si eso, quedará como secundario, para planos de fondo. En la atmósfera, virus y moñetas, que reirán sin parar de la estupidez humana.

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