El increíble ‘máster’ menguante de Yolanda Díaz

Yolanda Díaz

El «máster» que se inventó la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no era otra cosa que un curso de Relaciones Laborales organizado por el Consejo Gallego de la materia, en 1997, con 168 horas lectivas  distribuidas en seis módulos. O sea, algo muy digno que, sin embargo, a Yolanda Díaz debió de parecerle poco. De modo que el curso lo convirtió en «máster» y tan ricamente.

Un máster oficial debe de tener una carga de 60 a 120 créditos, lo que corresponde a 1.500 a 3.000 horas, muy lejos del tiempo que empleó la líder de Sumar. El título fue expedido por la Universidad de Santiago a través de un convenio. Parece obvio que la vicepresidenta mintió, no cabe duda, pero la pregunta es por qué.

Si la izquierda defiende que la valía y la profesionalidad no se ganan con un título (algo en lo que se puede estar de acuerdo) parece evidente que Yolanda Díaz falseó su currículum para aparentar ser más de lo que era en realidad. Es decir, para ganar categoría y presumir de lo que carecía. Y lo peor es que mantuvo esa mentira durante años hasta que OKDIARIO desveló el engaño.

«Mi formación académica está más que conocida, tengo postgrados en recursos humanos, en urbanismo, en todo… Y, todo, más que cotejadísimo», defendió recientemente Díaz, quien criticó además «el absurdo de presumir de los títulos». En esto último tiene razón, pero supone una impugnación en toda regla a su propio comportamiento. Pura hipocresía. Además, la ministra infló su currículum con una nueva línea: «Formación complementaria en Seguridad Social, contratación laboral, administración y poder político y sobre género».

En realidad fueron unas jornadas de dos días, organizadas por la Escuela Gallega de Administración Pública (EGAP), en abril de 2002 en Ferrol, como confirmó la misma EGAP a este periódico. Es decir, apenas dos días de ponencias que Díaz incluye en su currículum oficial. Lo peor no es adornar un currículum, sino adornarlo falseando la realidad y, encima, permitirse el cinismo de calificar de «absurdo» presumir de títulos.

Lo último en Opinión

Últimas noticias