Los ‘hombres de negro’ alucinan

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Hace tan sólo unas semanas, la Comisión Europea mandó a España a un grupo de inspectores para comprobar in situ cómo andan las cosas por el país que tiene que recibir 140.000 millones de euros. No terminan de fiarse y, además, en Bruselas tienen la presión del llamado “grupo austero”, liderado por el liberal holandés Marc Rutte, alarmado ante la alegría con la que el Gobierno español reparte dinero, alegría que sitúa a España como el país más endeudado de Europa, con un déficit brutal cercano al 13%.

Se vieron con la Autoridad Responsable del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia (Ministerio de Hacienda), con altos responsables de Economía, con la Oficina Económica de la Presidencia y su Unidad de Seguimiento de los Fondos Europeos, etc…

La sorpresa de los hombres de negro (Montoro dixit) no fue tanto comprobar las dificultades por las que atraviesa la economía española. Ni siquiera que no se hayan hechos los deberes para el reparto de los famosos Fondos cuyos trabajos llevan mucho retraso. No. La extrañeza fue comprobar que dentro del Gobierno los ministros no se hablan, con especial incidencia en las dos vicepresidentas de mayor rango. No fue posible sentarlas en una misma mesa. ¿Se han vuelto locos estos españoles?

Otro de los sofocos en negro fue, en efecto, comprobar que empresarios y sindicatos están fuera de juego en relación con los planes gubernamentales para la Recuperación, a los que sólo llaman cuando las decisiones están tomadas. Recuerdan que el jefe del Ejecutivo garantizó en Bruselas “amplio consenso” en asuntos claves como la reforma laboral, que, al final, es una contrarreforma en toda regla. Sánchez había dado orden de tratar a los comisionados europeos a cuerpo de rey, pero están al cabo de la calle en esos menesteres. Lo que imploraban es información exacta acerca de la realidad económica del Reino de España.

¿Se llevaron algo en claro? Según las fuentes consultadas por este columnista, sí. Que esto se asemeja mucho a un carajal.

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