Feijóo y Abascal, de acuerdo: al sanchismo, ni agua

Feijóo Abascal

Los presidentes del PP, Alberto Núñez Feijóo, y Vox, Santiago Abascal, tienen claro que lo esencial en estos momentos es derogar el sanchismo y que, bajo este objetivo compartido, las estrategias de ambas formaciones pasan por no permitir que la izquierda se haga con ningún gobierno municipal o autonómico allá donde el PP y Vox sumen. Es un primer paso que trata de no dar oportunidad alguna al PSOE de Pedro Sánchez. Es una decisión lógica y acertada, porque con la que está cayendo sobran apóstoles del tancredismo. Y, por supuesto, ambas formaciones adaptarán sus estrategias al objetivo de desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa tras las elecciones del 23-J. El compromiso alcanzado entre el PP y Vox -que la izquierda venderá como la prueba del nueve de que ambos son la misma cosa; o sea, la encarnación de la «extrema derecha»- es un primer paso para tejer, cuando toque, un plan del desalojo del socialcomunismo del poder: en ayuntamientos, autonomías y Gobierno.

A estas alturas, la matraca de la izquierda alertando del peligro de una involución democrática si PP y Vox alcanzan la mayoría absoluta ya no cuela. Porque el argumento socialcomunista es tan endeble que basta con mentar a Bildu para retratar la hipocresía socialcomunista. Así que cuando Pedro Sánchez saque de nuevo a pasear el dóberman de la «extrema derecha», se le dice aquello de ‘a otro perro con ese hueso, Pedro’ y se acabó la historia. Que Feijóo y Abascal coincidan en que desalojar a Sánchez de La Moncloa es una necesidad nacional es algo que comparten millones de españoles. Lo que no entenderían, en ningún caso, es que las desavenencias entre PP y Vox pusieran en peligro un objetivo que cabría de calificar -dado el actual contexto político- de patriótico. España se juega su destino en las urnas y el futuro pasa, sí o sí, por acabar con el poder de una izquierda que ha sido el retrato más fidedigno de la radicalidad y el sectarismo

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