Con las exportaciones hemos topado

Con las exportaciones hemos topado

Otro aspecto primordial en pos de que los vaticinios del Banco de España se cumplan estriba en la preocupación por la marcha exportadora de España. Al revisarse a la baja para 2018, la demanda exterior neta como consecuencia de la situación de los mercados hacia los que se orientan nuestras exportaciones. La eurozona evoluciona con menor dinamismo y es ahí donde se concentra el grueso de nuestras exportaciones.

Durante estos años, Estados Unidos se ha ido convirtiendo en un interesante mercado. Por ejemplo, para nuestra industria agroalimentaria. Ahora se están asentando con fuerza sus ínfulas proteccionistas —con el señor Donald Trump en constante oposición a todo—. Algo que está perjudicando muchos intereses, tal y como le está ocurriendo a la aceituna negra española a la que se fustiga con aranceles de casi el 35% a su entrada en territorio estadounidense. Todo esto constituye un golpe seco a nuestras exportaciones.

A la postre, quien tira de la economía española somos nosotros, la  demanda nacional, con visos de desaceleración por los sueldos modestos y sus revisiones muy en el aire. Con los precios al alza, perdiendo poder adquisitivo. Y si encima nos cargan con más impuestos y cotizaciones, más duro será el golpe a la hora de consumir. A la hora, en definitiva, de vivir. La demanda se frenaría.

Por último, el Banco de España advierte sobre algunos riesgos a la baja: la incertidumbre de Cataluña —las cosas están como están sin que se sepa exactamente ni por asomo dónde y cómo están—, la fragmentación parlamentaria que limita al actual Gobierno; la seria amenaza del proteccionismo que está afectando ya a la economía internacional; la subida del petróleo y, ¡cómo no!, la retirada de los estímulos monetarios del Banco Central Europeo. En definitiva, todo marcha más o menos bien aunque eso sí con todos los interrogantes del mundo.

Lo último en Opinión

Últimas noticias