España Suma habría sumado
El resultado del 10-N demuestra, con los datos en la mano, que la propuesta de unidad nacional que encarnaba España Suma -ese proyecto impulsado por el PP del que ofreció participar a Cs- habría cambiado sustancialmente el resultado de los comicios al doblegar a la izquierda. Los 1.600.000 votos conseguidos por la formación de Albert Rivera sólo se han traducido en diez escaños, una rentabilidad sufragio/diputado ridícula. De haber aceptado Rivera entrar en el proyecto, España Suma se habría traducido en bastantes más escaños que los 98 que han cosechado la suma de PP (88) y CS, hasta situarse en el mismo nivel de porcentaje cosechado por el PSOE (120) sin contar los 52 escaños de Vox. Al borde de la mayoría absoluta. De ahí el error histórico de un Albert Rivera que ha anunciado un congreso extraordinario en el que podría presentar su dimisión tras fracasar estrepitosamente.
Por bloques, la izquierda pierde apoyo y ve reducida su ventaja sobre la derecha, que avanza levemente tres escaños gracias al incremento del PP y al extraordinario resultado de VOX, formación que de la mano de Santiago Abascal ha afianzado su posición en el escenario político nacional, una progresión exponencial que revela la musculatura de un partido que es ya tercera fuerza al canalizar la indignación de muchos españoles. Especialmente significativo ha sido su avance en todos los territorios, pero muy significativamente en Madrid, Andalucía y Murcia, donde es primera fuerza.
En esencia, la situación es la misma que en abril, pero si cabe más compleja. La apuesta de Pedro Sánchez se ha revelado como un gigantesco fracaso. Pierde tres escaños, además de la mayoría absoluta en el Senado, y para ser investido presidente tendrá que contar forzosamente con Unidas Podemos, que ha se ha dejado en el camino siete diputados, más ganarse el apoyo directo o indirecto del independentismo. Para ese viaje, no hacían falta alforjas. El error de cálculo del jefe del Ejecutivo en funciones ha sido de los que hacen historia; solo la negativa de Ciudadanos a apoyar el proyecto España Suma ha permitido que Sánchez pueda seguir en La Moncloa; eso sí, su futuro político depende exclusivamente de la izquierda radical y de los separatistas.
Pedro Sánchez ha ganado las elecciones, pero no puede vender como un triunfo su resultado. Todo lo contrario, porque toda su estrategia pasaba por crecer sustancialmente en escaños y disponer de suficiente margen de maniobra para ser investido presidente sin contrapartidas. Pues bien, las contrapartidas a la izquierda radical y el independentismo tendrán ahora que ser mayores que las de abril, porque el populismo radical y los separatistas van a vender todavía más caro que entonces su apoyo.
El dibujo que surge de las urnas es más oscuro, si cabe, que el de hace siete meses. El centro derecha ha perdido una oportunidad histórica de doblarle el pulso a la izquierda por la cerrazón de Albert Rivera. Él lo ha pagado muy caro, pero mucho más los millones de españoles que han votado fragmentados a partidos del centro y la derecha y a a estas horas observan cómo la situación sigue peor que estaba. España Suma sumaba. Otra oportunidad perdida.