Empatía y solidaridad empresarial para Valencia
La auténtica verdad de lo ocurrido con el desastre provocado por la naturaleza en Valencia, potenciado por una sucesión de inadecuadas e insuficientes decisiones políticas anteriores y posteriores a la terrible Dana, tardará todavía en conocerse.
La historia del desastre se repetía. El ilustre naturalista Antonio Jose Cavanilles narraba ya en 1775 algo similar a lo ocurrido en el barranco del Poyo y el cronista de la villa de Valencia, Vicente Boix, hacía lo propio en 1864 en la riada del día de San Carlos que desbordó el rio Júcar.
Un evento que además de haber provocado 221 fallecidos y 5 desaparecidos ha impactado de lleno sobre la marcha económica de Valencia. Según ha dado a conocer el Banco de España en unas recientes jornadas de macroeconomía ante la prensa económica, se ha producido una devastación de la economía local de 78 municipios que representan un 2% de la economía nacional que se eleva al 3 % si hablamos de la industria, con un impacto significativo de dos décimas en la tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto de España.
Se han solicitado 7.593 moratorias de hipotecas, 29.697 indemnizaciones al Consorcio de Compensación de Seguros, con unos datos actualizados de 25.000 trabajadores en ERTE procedentes de 2.273 empresas diferentes. La Dana afectó directamente en Valencia a 54 polígonos industriales y parques empresariales donde se ubican 6.500 empresas. El servicio espacial europeo de Copernicus señaló 4.100 hectáreas de superficie afectadas, 3.906 edificios, 15,6 km de vías férreas y 531,6 km de carreteras impactadas.
Todavía debemos dedicar un tiempo de análisis profundo y en detalle para reflexionar sobre lo ocurrido. Cómo evitar su repetición de nuevo y prepararnos para la reconstrucción económica.
Sólo los que lo han vivido en primera persona saben lo que ha ocurrido de verdad, que no coincide con lo que nos han contado la mayoría de los medios de una forma menos dramática. Solo quienes han estado allí ayudando saben además todo lo que queda por hacer en tiempo y en presupuesto. Es mucho más de lo que se piensa desde los cómodos despachos donde se están tomando muchas de las decisiones que afectan a la reconstrucción. En cierta forma hemos vivido cierto deja vu con lo ocurrido durante la pandemia en lo que se refiere a la información que nos llegaba a nuestras casas.
El conocido Premio Planeta 2018, Santiago Posteguillo, uno de mis autores de referencia sobre Roma, relataba previamente a su conferencia sobre Hispania en el Senado, como sufrió la Dana desde su piso a solo 50 metros del barranco de Paiporta. En un lapso de solo 13 minutos se encontró ante un torrente brutal de agua que lo arrastraba todo sin control, incluidas personas durante más de 6 horas sin parar. El autor, terminaba su detallado relato con una sentencia final brutal “no vino nadie en tres días”. Durante ese tiempo fue testigo de la devastación, los destrozos, los saqueos a vehículos, comercios y viviendas, la soledad y el abandono institucional.
Es cruel no avisar, pero lo es mas no ayudar con la energía que hace falta. Además, durante todo este tiempo nos hemos encontrado con declaraciones de responsables políticos de diferentes administraciones poco afortunadas. Unas declaraciones con una falta de empatía y respeto a las víctimas del desastre que en el caso de la administración autonómica han supuesto ya el cese de las personas implicadas.
La empatía es la capacidad que tiene una persona de comprender las emociones y sentimientos de los demás cuando están desesperados. En este caso de personas que lo han perdido todo. Es ponerse en el lugar del damnificado que intentar ayudar y confortar. Muchas veces incluye el silencio público y el consuelo necesario para ayudar a transitar por el duelo de las pérdidas humanas y materiales.
En absoluto contraste, esa empatía, sacrificio y humanidad sin condiciones si ha emanado de forma ejemplar de los miles de voluntarios que desde el primer momento y procedentes de todas las zonas de nuestra geografía incluyendo Portugal, Francia, Marruecos, Italia, Holanda se sumaron a las labores de rescate, limpieza y recuperación. Un ejercito de personas con cubos, escobas, picos y palas que llegaron antes incluso del propio ejército que inicialmente se desplegó en un número insuficiente para la dimensión del desastre ecológico.
Lo que de nuevo incomodó a algunos representantes de la administración pública, reiterando declaraciones públicas ausentes de empatía, ahora con los voluntarios que ofrecían su disponibilidad y sus recursos de forma desinteresada.
Esta actuación espontánea es un gran exponente de la potencia de nuestra sociedad civil y del sector privado que debe ser una pieza clave junto con los recursos públicos para la reconstrucción que se merece la sociedad valenciana y es un aviso directo a los partidos políticos de que todo lo que ocurra a partir de ahora será clave en el futuro político de los gobiernos no solo de la Comunidad Valenciana.
Todos nos vemos reflejados en el drama y todos esperamos más ayuda y apoyo que la recibida hasta ahora. Incluida la ayuda que se pueda ofrecer desde la propia administración para tramitar, gestionar y recibir las ayudas económicas comprometidas.
Esa escucha, solidaridad y empatía de los voluntarios también la hemos percibido de la Casa Real en las diferentes visitas realizadas. La estamos comprobando de muchas empresas que están además canalizando las ayudas de sus propios empleados que muestran su lado más humano para ayudar ya sea divulgando las oportunidades de apoyar o directamente con sus bienes, tiempo o fondos económicos.
En este sentido, la grandeza humana y la de muchas empresas es una realidad que a pesar de no tener ninguna obligación, lo hacen por solidaridad y empatía, y estas noticias nos reconcilian con la raza humana tras haber visto lo peor durante los primeros días del desastre.
Sirvan como algunos ejemplos reales que el empresario fundador de Inditex, Amancio Ortega, haya creado un fondo con 100 millones para los ayuntamientos afectados por la dana. La Fundación Real Madrid ha puesto en marcha una recaudación de más de 2,3 millones de euros para la Cruz Roja. CaixaBank con Microbank ha puesto en marcha una línea extraordinaria de financiación de más de 2.500 millones de euros para apoyar a las empresas afectadas.
Repsol ha puesto a disposición del Centro Coordinador de Emergencias de España los recursos de los complejos industriales en Tarragona, Puertollano y Cartagena. El Corte Ingles ha provisto de alimento y productos de primera necesidad.
La empresa de servicios profesionales EY, en una primera instancia facilitó mantas, sacos de dormir y artículos para niños y bebes. el proyecto anual del euro solidario vigente desde 2010 por el que la empresa aporta la misma cantidad que aportan sus empleados a una causa, este año irá para los damnificados a través de la Casa Caridad de Valencia. Telefónica restauró conexiones y aportó voluntarios.
El empresario Roig de Mercadona lanzó la iniciativa Alcem-se con un presupuesto de 25 millones de euros en ayudas a pymes, comercios, start ups y autónomos afectados por la Dana. La cooperativa Consum coordinó la ayuda humanitaria y colaboró con el abastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad a las personas afectadas de los municipios afectados donde dispone de tiendas. El área de construcción de FCC está colaborando con la reconstrucción y suministrando grupos electrógenos para facilitar el suministro eléctrico allí donde todavía no hay luz.
FCC Construcción trabaja en la reconstrucción de dos puentes existentes dañados de la CV-33 (intersección de la rambla del Poyo con Pincaña). Naturgy ofrece la posibilidad de aplazar las facturas de luz, gas y servicios a hogares, pymes y autónomos afectados.
La escucha, la empatía y la solidaridad empresarial son una pieza clave de la reconstrucción de Valencia y todos los poderes públicos afectados tienen la responsabilidad y obligación de seguir facilitándola y canalizarla para conseguir acelerar todos los procesos que ayudaran a solucionar los grandes retos que nos afectan a todos como nación.
Emphatia est clavis ad reconstructionem
José Luis Moreno, economista, ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.