Candilazos

Echenique y las asociaciones de ‘prensa pelota’

Echenique y las asociaciones de ‘prensa pelota’
Segundo Sanz

Ha vuelto a ocurrir. Y esta miserable reincidencia no puede dejarse pasar por alto. Ya no porque el que escribe lo sufrió en primera persona, sino porque lo sucedido a Alejandro Entrambasuagas, periodista de investigación de esta casa señalado por Echeminga en plaza pública, no admite excusa alguna de las asociaciones de prensa pelota, sobre todo de cara al futuro de las jóvenes generaciones de este oficio que él representa.

En las 24 horas siguientes a este vilipendio en redes sociales por parte del portavoz podemita Echenique Robba, ni la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ni la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) emitieron comunicado alguno de apoyo al afectado y de condena al matonismo político del vocero de Pablo Iglesias. ¿Se imaginan qué habría ocurrido si el amenazado hubiese sido de la prensa de la progresía que controla estos lobbies de cobistas?

Como si de la mafia calabresa se tratara, lo primero que miran en estos reductos gremiales es si eres uno de los nuestros, si tienes el carné de asociado militante o si otros compañeros de cabecera forman parte destacada de la hermandad. De no ser así, la condena al ostracismo es su repuesta en la mayoría de los casos. Y en el supuesto de que pases este filtro deliberado, tu caso es sometido al escrutinio de un sanedrín donde la presión de los lagoteros de la izquierda recalcitrante y la ultraizquierda termina, por lo general, marcando la pauta. No vaya a ser que sus fuentes del apparatchik socialcomunista se mosqueen y les penalicen. Ésta es la máxima por la que se rigen estos torquemadas de la plumilla, en lugar de defender a toda costa la libertad de información.

Ni cuando los socios PSOE y Podemos me quisieron expulsar del Congreso por informar del despachazo de Iglesias —mordaza revocada por el Tribunal Supremo, que nos dio la razón— ni cuando el diputado Echenique acosó el otro día a Alejandro en redes sociales —colgando su foto en un mensaje incardinable en el delito de odio— estas asociaciones de la prensa se interesaron lo más mínimo en llamar de inmediato al periodista damnificado y prestarle apoyo y asesoramiento.

Menos mal que fue diferente la reacción de otros diputados, intelectuales y profesionales de la competencia (no todo está perdido…) que sí mostraron su solidaridad con el afrentado. Y de una nueva organización, la Asociación de Periodistas y Analistas por España (APAE), que le trasladó su respaldo y denunció estas prácticas bolivarianas «impropias de una democracia».

No obstante, en el fondo de este desprecio subyace el pecado que mejor define a España, la envidia. OKDIARIO está llegando a donde otros no lo consiguen o lo hacen tarde y es capaz de tocar como nadie las teclas que ponen en guardia a los resortes del poder que viven de las corruptelas y de la financiación irregular. No es baladí que Alejandro fuera puesto en la diana tras destapar los negocios del golfista padre de Echenique o de la conexión podemita con los dineros de Morales en Bolivia.

Y el mismo día de autos, este medio publicó en exclusiva de la mano de Teresa Gómez, que viene contando cómo se le complica a Iglesias el ‘caso Dina’, la primera entrevista con el taxista de Moratalaz agredido por sus lacayos y los de Robba. A los que nos desean la muerte civil y a los que delata su atronador silencio, sólo decirles lo mismo que el juez de la Corte Suprema interpretado por Rick Crom en el film Los archivos del Pentágono (2017): «La prensa sirve a los gobernados, no a los gobernantes». Seguimos.

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