Doscientos días del Rosario de Ferraz

Rosario

Hay ocasiones en la vida que parecen… o más bien son extraordinarias. Extraordinarias e inexplicables añado al referirme al Rosario que se reza en el Santuario del Inmaculado Corazón de María en la intersección de las calles Marqués de Urquijo y Ferraz de Madrid.

Es extraordinario e inexplicable, puesto que en el mundo tan disipado y tan pendiente finalmente de la nada en el que estamos, un puñado de españoles rezan todos los días, rezamos, el Santo Rosario por la salvación de España y del mundo.

Allí todas las tardes españoles de todos los lugares nos reunimos bajo la dirección de Jose Andrés Calderón y donde, tanto él como sus padres, familia y amigos, promueven esta iniciativa única, y a la que se han unido muchas ciudades y pueblos de toda España y también más de 50 naciones de todo el mundo.

Es verdaderamente emocionante y excepcional el significado de este rezo que une espiritualmente a tantas personas en todo el planeta en búsqueda de la verdad revelada y en búsqueda del bien de la humanidad.

Podría parecer que nuestra fe católica se ve avasallada por la corriente dominante que adora lo material y lo pagano, y el ataque a la dignidad de la persona, y donde podríamos llamar que nuevas pseudo religiones tipo sectas, pretenden dominar a las personas a través de lo fácil y lo malévolo, a través del hedonismo y del cuentacuentos más desaprensivo, del hechicero de la ilusión por alcanzar la nada.

Nuestra religión católica es para valientes y comprometidos con la verdad, para quienes nuestra fe supone sacrificios y dar ejemplo y para quienes no dudamos en ir contra corriente si en ello está la salvación de nuestras almas.

Por ello, el Rosario de Ferraz se ha convertido en un aldabonazo a las conciencias de todos, en un peligro para los tenedores y auspiciadores del mal y que no quieren la libertad y la verdad individual, ni quieren la dignidad de la persona humana.

El Rosario de Ferraz es ya un buque insignia de fe, de fuerza espiritual y de convicción moral ante un mundo totalmente desprotegido de la verdadera riqueza del hombre…. su trascendencia y su espiritualidad, su libre ambición a alcanzar la plenitud en la eternidad.

El Rosario de Ferraz es esa vanguardia que necesitamos las personas para creer de nuevo, para fortalecer nuestras convicciones, para nuestra coraza espiritual, para la búsqueda serena del bien, para lograr contagiar a los demás de la única verdad.

El Rosario de Ferraz súbitamente se ha convertido en faro de luz brillante donde antes languidecía y se ha convertido en fuerza ilusionante de fe y de entrega hacia los demás, de saber compartir algo de lo mejor de cada uno para poder abrazar en una propuesta de búsqueda del bien a quienes más necesitan en el mundo.

Hace tres o cuatro días quiso celebrar su cumpleaños con nosotros Eduardo Verastegui, ejemplo de conversión y de compromiso en la Fe y trayendo desde México un mensaje universal de rezo del Rosario a la Santísima Virgen. Enorme fue su testimonio y de nuevo el Rosario se hizo universal en bien de la salvación de todos. Gracias a Eduardo Verastegui por su presencia en España y por el ejemplo que da de compromiso verdadero y contrario a lo que, con facilidad, cualquiera en su situación podría dejarse llevar.

Y gracias renovadas y permanentes a Jose Andrés y a su familia, pues ya somos todos amigos del Rosario al que él nos ha convocado, aquí, en toda España y en el mundo. Gracias eternas a Nuestra Señora que quiso dejarnos la mejor herencia de Su Hijo, Salvador del mundo. La Virgen María, que puebla todas las tierras de España y de Hispanoamérica y que nos tiende Su manto a todas las personas de buena voluntad. Y es precisamente en España la primera aparición de la Virgen al Apóstol Santiago, quien evangelizará nuestra patria desde el principio y no es casualidad como nos recordó San Juan Pablo II en su viaje a Santiago de Compostela rememorando desde allí nuestras raíces cristianas en Europa y a que fuéramos fuertes y permanentes testigos de ello.

No podremos olvidarlo nunca pues el Rosario además lo instituyó Santo Domingo de Guzmán en 1208 tras la aparición de la Virgen para perseverar en la defensa de la fe, y contra sus enemigos, y renovado este mandato a San Antonio María Claret precisamente en la aparición de la Virgen tras el rezo al Cristo de Quintanar que se conserva en el Santuario del Inmaculado Corazón de María y que los Marqueses de Quintanar donaron a esa Iglesia.

Todos los españoles vivimos en la tierra de María y a Ella dirigimos el Rosario para que por Su intercesión Dios salve a España y al mundo.

Es nuestra devoción y nuestra obligación. Hoy renovemos con alegría espiritual este mandato y convirtámoslo en lo más ilusionante y espareanzador, con limpieza de mirada y con acción decidida. Nuestras almas nos susurran esa fuerza y empeñados en ello dejémonos guiar solo por la verdad.

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