La desigualdad de género en la sucesión a la Corona

La desigualdad de género en la sucesión a la Corona
La desigualdad de género en la sucesión a la Corona

Cuando falta un mes para la celebración del Día de la Mujer, una fecha clave para reivindicar la igualdad de derechos de los hombres y las mujeres en la totalidad de ámbitos de la vida, es momento oportuno para recordar una vez más la falta de ese derecho en el artículo 57 de la Constitución española que regula la sucesión de la Corona. Cuando se redactó, en 1978, se tuvo en cuenta la opinión de la Familia Real que había otorgado ya la condición de Príncipe de Asturias al único hijo varón de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía y que optó porque siguieran las normas vigentes en la monarquía española antes de la restauración de la monarquía.

La evolución de ese sistema, que primaba al varón y que estaba vigente en muchas de las Casas Reales europeas que fueron cambiando sus reglas conforme al avance de los tiempos, hizo que mantener la preferencia del hombre sobre la mujer fuera considerado una norma impresentable que se fue cambiando poco a poco. Aquí, la cuestión de adaptar el artículo de la Carta Magna para que se respete plenamente la igualdad y se dé paso a que la sucesión recaiga sobre el primogénito, sea hombre o mujer, no es fácil, dado el carácter garantista de la norma suprema para hacer cambios en su texto.

Lo cierto es que esa dificultad para reformar la norma en lo referente a la sucesión ha impedido que se aborde un tema que es imprescindible cambiar para conseguir la igualdad de derechos plena a la hora de suceder un rey a otro en la Jefatura del Estado. Sólo una vez, en la toma de posesión de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, se propuso dentro de su programa de acción, el cambiar ese artículo de la Constitución para hacer la institución monárquica plenamente democrática en todas sus normas.

Las buenas intenciones del presidente Zapatero se quedaron en agua de borrajas al ser imposible que los partidos mayoritarios de la Cámara legislativa se pusieran de acuerdo para consensuar la modificación de la Carta Magna y eliminar ese borrón intolerable en la sucesión al Trono. A la falta de prisa por realizar ese cambio ha contribuido, sin duda, que la segunda hija de los Reyes Felipe y Letizia sea también una niña porque cuando nació la princesa Leonor, primera de la cadena sucesoria, todos los preocupados por este asunto se preguntaron que pasaría si el segundo descendiente fuera un varón.

¿Habría que haber cambiado con celeridad el artículo discriminatorio de marras o dar un salto en la cadena sucesoria para respetar la desigualdad manifiesta del texto constitucional?

Corren tiempos de riesgo para la monarquía en estos momentos, cuando un 30 por ciento del electorado se pronuncia abiertamente en contra de la institución de la Corona, a pesar de haberse demostrado su utilidad incluso en época de tantos problemas como la que ha afectado a la honorabilidad del anterior monarca. El actual Jefe del Estado desarrolla desde su proclamación una tarea que no se aparta ni un milímetro de lo que marca la Constitución. Pero me atrevo a expresar un deseo para que el párrafo 1 del artículo 57 sea cambiado cuanto antes para que la igualdad entre varones y mujeres sea efectiva a todos los efectos a la hora de la sucesión al Trono.

Lo último en Opinión

Últimas noticias