El dedo de Ada Colau entra en el Libro Guinness de los récords

El dedo de Ada Colau entra en el Libro Guinness de los récords

El porcentaje es revelador de cómo se las gasta la alcaldesa de Barcelona: el 93% de los contratos adjudicados por su Ayuntamiento en el 2021 se hicieron de forma digital, a puro dedo. No lo dice OKDIARIO, sino el propio consistorio en la cuenta general del ejercicio pasado que se someterá a aprobación en los próximos días. El «yo me lo guiso, yo me lo como» de Colau marca un récord histórico en las contrataciones públicas de las administraciones, porque en los siete años años de alcaldesa ha adjudicado 7.399 contratos a dedo y sólo ha firmado 511 con procedimiento abierto; esto es, garantizando los principios de transparencia, concurrencia e igualdad de oportunidades de todas las empresas.

Parece evidente que Colau ha elegido la fórmula discrecional del dedo para utilizar los fondos públicos para regar a sus amiguetes, saltándose así los procedimientos que obligan a contratar con criterios objetivos. La mamandurria se ha instalado en el consistorio barcelonés y Ada Colau se ha convertido en el hada madrina del populismo, repartiendo millones entre los afines como si no hubiera mañana. Ada Colau se comprometió en el 2016 a no superar la cantidad de 200.000 euros por proveedor en el caso de contratos menores de obras y de 100.000 euros en el caso de proveedores de suministros o servicios, pero la promesa de la alcaldesa se la llevó el viento: hay 13 contratos menores de obras a una misma empresa por valor de 487.000 euros o 16 contratos también de obras por un valor total de 492.000 euros. Ahora bien, la palma se la lleva una empresa que fue adjudicada con 393 contratos distintos por un valor total de 151.200 euros. Para evitar superar el límite legal de 18.150 euros en los contratos menores de servicios y suministros y los 48.400 euros en contratos menores de obras, Ada Colau recurre al viejo truco de fraccionar los contratos para saltarse los controles. El dedo de Colau no conoce límites y ya ha entrado, por méritos propios, en el Libro Guinness de los Récords

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