Cuando se levanten las alfombras

El nuevo jefe de la oposición se queja constantemente del excesivo gasto político y burocrático que mantiene el Gobierno Sánchez, que mal se compadece con la situación por la que viven millones de familias españolas a las que apenas les llega el pan al cuello.

El despilfarro, el nepotismo (ahí están los dineros al padre del presidente), el amiguismo es tan obsceno, el disfrute de las mamandurrias tan descriptible, que al columnista le acecha la tentación de pensar acerca de lo que habrá debajo de las alfombras.

Eso sólo podremos saberlo cuando se les eche del poder. Porque si Sánchez y la señora Yolanda Díaz son capaces de utilizar dos Falcon -uno para cada uno- para asistir a un ferrolano acto sin transcendencia alguna, no quiero imaginar lo que ocultan. Especialmente Sánchez, al que, en efecto, sería muy conveniente un tratamiento para hacerle volver a la realidad de la que huye constantemente.

Cuando se levanten las alfombras comprobaremos el nivel de podredumbre de un Gobierno que no se sostiene a la luz de parámetros europeos y en general del mundo libre. Llegados a este punto, hay que preguntar al acaudalado Enrique Santiago, jefe del Partido Comunista de España, cómo se puede comer esto: manifestarse contra Sánchez y al mismo tiempo, terminada la protesta, subirse en coche oficial, chófer y escolta incluidos. ¿Se puede ser más cínico?

Cuando se levanten las alfombras será el llanto y crujir de dientes. Para abrir boca, hete aquí que el país más empobrecido e inflacionario de la Unión Europea (40% superior) tiene el Gobierno más cara de la UE y el presidente que más obscenamente presume de su condición. No han tenido ni un maldito gesto de austeridad, ni han dado una pizca de ejemplaridad. Nada.
Cuando se levanten las alfombras…