Se creen que esto es la Venezuela de Chávez
Podemos sólo cree en la libertad de prensa cuando agrada y beneficia a sus tácticas e intereses. Los dirigentes de esta formación de cartón piedra, sin más mensaje que la vacuidad de su retórica populista, reaccionan con maneras de censores chavistas si algún medio contradice su línea oficial u osa informar sobre lo que ocurre entre las bambalinas moradas. La imagen y el marketing es el todo de su actividad política y atacan a cualquiera que vaya contra esos aspectos. Lo demuestran en las redes sociales con su incontable ejército de trolls y tratan de ejecutarlo sin miramientos contra aquellos medios que no publican según sus directrices.
Resulta exagerado, a la par que peligroso, que la dirección del partido amenazara y tratara de intimidar a varias cabeceras por el mero hecho de informar sobre la relación sentimental entre Pablo Iglesias y su asistente en el Parlamento Europeo, la politóloga de origen marroquí Dina Bousselham. Es cierto que todo el mundo tienen derecho a llevar su vida privada como crea oportuno sin que eso lo convierta en un hecho noticiable. No obstante, estamos hablando de un personaje público y de una mujer que colaboraba con él en su desempeño político. Por lo tanto, susceptible de convertirse en noticia. Un ejemplo reciente es la información sobre la inminente boda de Inés Arrimadas con el exdiputado de Convergència Xavier Cima, sin que suponga ningún trauma. Además, fue el propio Iglesias el que colgó un comunicado público en Facebook para anunciar la ruptura con su anterior pareja, Tania Sánchez.
Por lo tanto, estos medios sólo continuaban una línea de información iniciada por Pablo Iglesias. Las amenazas de los gerifaltes podemitas recuerdan a las acciones inauguradas por Hugo Chávez y continuadas después por Nicolás Maduro. Sólo en los dos últimos años se han cerrado 13 medios venezolanos por desafiar el pensamiento único instaurado en el país. Los padres intelectuales de Iglesias, Monedero y Errejón han hecho tabula rasa con todas aquellas cabeceras que ponían en solfa sus mandatos. Esa filosofía parece inoculada en forma de inquietantes tics en el modus operandi de Podemos. No sabemos qué podrían temer cuando, incluso, llegaron a borrar todos los tuits que Bousselham había escrito sobre la propia Venezuela. En cualquier caso, tanto celo y tanta amenaza resultan inquietantes.