Colón, segundo asalto

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A pocos días de que se vuelva a repetir una macroconcentración constitucionalista en la plaza de Colón de Madrid, no puedo evitar plantearme qué efectos tendrá. Hasta hace poco, he pensado que la primera foto de Colón no fue ningún éxito: siempre pensé que había menos gente de la esperable y los efectos electorales fueron adversos para los convocantes, pues si bien es cierto que Cs y Vox subieron como la espuma, la debacle del PP generó un mal resultado de conjunto para las derechas. Un mal resultado que era más amargo si cabe por cuanto frenó la consolidación de la previsible victoria del centro derecha: desde el octubre amarillo catalán de 2017 hasta la foto de Colón, la suma de PP, Cs y Vox daba mayoría absoluta en todas las encuestas. Después de la foto de Colón, el relato del trifachito resultó letal.

Sin embargo, recientemente un buen analista del grupo Concurrentia me dio un dato que yo había pasado por alto: el resultado de las derechas en Madrid en abril del 19 (las elecciones inmediatas a la foto de Colón) había sido exactamente el mismo que obtuvieron las tres fuerzas en las pasadas elecciones autonómicas (unos dos millones de votos). La única diferencia es que la fragmentación perjudicó mucho a las derechas en abril del 19. La concentración del voto centrado en el PP produce ahora otro efecto completamente distinto: además de ser la mayoría aplastante del electorado, se tiene al partido en cabeza, y eso lo cambia todo. Por tanto, podríamos decir que, aunque la foto de Colón dejó a las derechas sin el Gobierno de España, su resultado en Madrid fue sensacional, y que la victoria de Ayuso hace unas semanas es fruto maduro de aquella primera foto.

Pese a esta impresión madrileña, nadie puede negar que la primera foto de Colón produjo un resultado sumamente negativo para las derechas en el conjunto de España: el relato del trifachito dio muy buen resultado a la estrategia del PSOE. La movilización de las izquierdas y los nacionalistas periféricos dio la victoria incuestionable al bloque de la moción de censura. El PSOE dio un paso atrás en el tema que detonó la manifestación de Colón (no ha llegado a haber una mesa con relator internacional), y paralelamente supo atacar con el miedo a Vox.

Pero el tiempo pasa, y la vida cambia. Las elecciones de Madrid han demostrado que Vox no da miedo ni montando el numerito con las cartas de amenaza (que por otra parte nada tenían que ver con Vox). Por otra parte, la deriva del ejecutivo en el tema catalán es mucho más grave que la vez anterior: ahora no sólo no hay paso atrás, sino que se van a sostener los indultos pase lo que pase y pese a quien pese. Ambos detalles cambiarán mucho las cosas: el relato del trifachito ya no será lo mismo y la situación se parecerá más a la que había antes de la primera foto de Colón. La mayoría constitucionalista del electorado español está muy ofendida por los hechos del octubre amarillo, y no van a perdonar los indultos. Mi única duda es si las casas de encuestas estarán atentas o si ya están participando de la repetición del relato del trifachito: a día de hoy el bloque de Colón arrasa, pero no me extrañaría que más de una encuesta lo desinfle tras Colón II.

La política siempre está abierta a imprevistos. Tal vez la gestión de la pandemia, las imputaciones a miembros del PP en la operación Kitchen u otros factores alteren el resultado. Pero si del vector Cataluña-Colón depende la cosa, todo parece indicar que el bloque de Colón le va a ganar el segundo asalto al bloque de la moción de censura.

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