Veinte razones para llamarle a Sánchez mentiroso (y nos quedamos cortos)

Sánchez CNI

Dice Pedro Sánchez que no tenía idea de que el CNI -como es su obligación-estuviera siguiendo los pasos de los separatistas catalanes, porque «el Gobierno ni conoce ni decide sobre las decisiones operativas de los servicios de Inteligencia». Lo dijo así, sin inmutarse, en su comparecencia ante el pleno del Congreso sobre el caso Pegasus. La patraña del presidente es clamorosa, porque en una entrevista en Telecinco, a finales de 2019, le dijo a Pedro Piqueras que el CNI estaba investigando las conexiones de dirigentes separatistas con Tsunami Democràtic. Pero es que, además, Pedro Sánchez montó un comité interministerial, con presencia del CNI, en pleno estallido de violencia en Cataluña tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 1-O. Y ese comité se reunió 20 veces.

En octubre de 2019, Moncloa constituyó un comité del que formó parte el CNI para rastrear a fondo la grave crisis en Cataluña provocada por Tsunami. La plataforma, responsable de altercados en las calles de Barcelona, llamó incluso a colapsar el aeropuerto de El Prat. Ese gabinete estaba integrado por varios ministerios clave como Defensa o Interior, el Departamento de Seguridad Nacional y también por el servicio de Inteligencia. La presencia de los servicios secretos era fundamental para rastrear quién estaba detrás de los violentos. No lo dice OKDIARIO, sino el propio presidente, quien en rueda de prensa, en octubre de 2019, preguntado sobre si Quim Torra podría estar detrás de los altercados, dijo: «En el comité de coordinación en el que venimos trabajando desde hace varias semanas, con Seguridad Nacional, el CNI y el Ministerio de Interior estamos investigando esa plataforma. Tenemos información, empezamos a saber exactamente quién está detrás de esta plataforma, pero me permitirá que no diga nada más sobre este asunto para poder actuar».

Sánchez, no es una ninguna novedad, ha vuelto a mentir. Tantas veces como reuniones celebró el Gobierno con presencia del CNI para rastrear los vínculos de «Tsunami» con los dirigentes separatistas. Sánchez estaba al tanto de todo. Lo digno hubiera sido decir «sí, yo ordené esa investigación por el interés nacional, como es mi obligación». Pero la cobardía moral del personaje y sus infinitas ansias de poder le han llevado a entregar la cabeza de la directora del CNI a los golpistas catalanes.

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