De La Cartuja al ridículo

De La Cartuja al ridículo

No me pidan ni esperen que se lo cuente porque incluso a mí me da vergüenza. La buena noticia es que se ha acabado la maldita Copa, la mala que en el Mallorca sí hay titulares y suplentes y estos no dan la talla y la realidad impacta de lleno en la falta de aptitud y actitud, aun peor, de una serie de jugadores, señorito Ortells, con cuyos salarios se podrían pagar los que le niegan a Valjent para su renovación.

No, no me salgan con las hazañas del Pontevedra y la cantinela de que también eliminó al Levante y al Villarreal eliminatorias resueltas no por exceso del vencedor, sino por defecto del humillado. Si futbolistas con ficha en un equipo de primera división, que se van de vacaciones a Arabia Saudí la próxima semana, se muestran incapaces de conjugar dos pases seguidos, entregar el balón al contrario en cada acción, disparar a puerta solo dos veces en cuarenta y cinco minutos frente a un enemigo tres categorías, ¡tres!, inferior, es cuestión de aprovechar el mercado de enero para relevar a cualquier coste, a la mitad de la plantilla. Pueden hacerlo mal, regular o pésimamente, pero la dignidad y el honor son tan innegociables como el esfuerzo y sin él, este Mallorca no es nadie.

Arrasate debió hacer las verdaderas rotaciones en el intermedio, cuando aun la hecatombe tenía aparente remedio. Solo hizo un cambio, cargando a Sergi Darder de toda la responsabilidad para enmendar el entuerto y señalar a Antonio Sánchez, tan culpable como Leo Román, Mateu Jaume, Copete, Lato, Asano, Robert Navarro, Valery y Abdón. Ya la broma de Chiquinho se la dejamos al CEO, que cuida mejor a los cocodrilos de sus bolsillos o los de sus jefes americanos, que el valor de la nómina para un fondo de armario inexistente.

No el 3 a 0 lo que duele, que también, sino, primera parte Pontevedra (Segunda Federación), 70 por ciento de posesión, Mallorca (Primera) 30 por ciento. Buenas noches, buena suerte y buenas compras en Yeda.

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