Bildu abre cátedra sobre parámetros democráticos

Bildu abre cátedra sobre parámetros democráticos
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Resulta enternecedor ver y oír a los portavoces de Bildu denunciar lo que a su entender son «degradaciones del Estado de Derecho y del sistema democrático», el hecho de que jueces y opositores políticos se levanten contra las tropelías de la entente gubernamental. Ellos son parte importante y decisiva en esa mayoría que lleva en volandas al PSOE y, específicamente, a Sánchez. Una cosa es una cosa y la otra bien diferente.

Aquellos españoles de la actual hora que vivieron durante cuarenta años el salvaje terrorismo de ETA, del que Bildu, les guste o no, son herederos, se indignan con las lecciones que intentan impartir los (ex) terroristas. Oiga, lo hacen sin inmutarse, envalentonados, con actitud amenazante y chulesca, como si resultaran unos lactantes sin historia en sus personales mochilas. Y, sobre todo, como si una mayoría de españoles todavía vivos –a las nuevas generaciones se les ha hurtado el relato verídico de lo que fueron y de lo que hicieron- padecieran de Alzheimer y su memoria hubiera sido borrada por un tornado al amanecer.

Allá los militantes y votantes socialistas que tragan con todo lo que se les impone. Allá los cuadros y dirigentes de la izquierda en general que no les importa ir del brazo de los que aplaudieron y sostuvieron a los asesinos. Allá los responsables de blanquear y presentar como demócratas los que por su pasado y sin arrepentimiento no lo son, ni lo serán nunca. Asesinaron, extorsionaron y secuestraron cuando el sistema democrático se había asentado con fuerza y justeza en España. No se puede afirmar con rigor que ETA ha sido derrotada mientras por unanimidad no pidan perdón a las víctimas y entre ese perdón coadyuven en la resolución de los más de 350 asesinatos que están sin esclarecer y en el olvido.

Lejos de ellos, suben a la tribuna del Congreso de los Diputados exigiendo que una inmensa mayoría del pueblo español se rinda y reconozca que sus bombas, tiros en la nuca, torturas fueron una bendición del cielo ultranacionalista que oficiaba en nombre de Dios el obispo Setién y el resto de curas trabucaires.

¡Vivir para ver!

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