Ave de ida y vuelta para Macarena

Macarena Olona
Ave de ida y vuelta para Macarena

Cuando Vox se desprende de los histrionismos y deja de hacer suyos preceptos extremistas que no necesita, empieza a situarse en un lugar políticamente reconocible y visitable. Porque, aunque queramos equipararlos a las hiper-nacionalistas derechas radicales europeas, de momento no se salen mucho del liberalismo democrático del que proceden. Y es por ahí, y por la rendija del sentido común antiprogre, que queda abierta cuando no da un portazo estentóreo alguno de sus patanes, por donde metieron en el partido a Macarena Olona.

Una mujer que ha completado su formación y trazado su trayectoria profesional siguiendo el manual de los que pasan por esta vida intentando atravesar la calle por los pasos de cebra y ascender socialmente por los
ascensores abiertos al público, y no por los atajos de las medradoras
militancias, el sindicalismo y las protestas subvencionadas o el braguetazo
unisex. Macarena llegó a la política sin proponérselo y con el traje y el bagaje que lleva ahora, y no ha tenido que pagar favores ni despojarse del mono sindical, de la kufiyya palestina o del capacho perroflauta con olor y trazas de marihuana para ponerse los diseños de Jorge Juan o de Almirante.

Lo malo de ser un soldado valiente, disciplinado y criterioso, con conocimiento para utilizar las armas permitidas, como las leyes y el marco
institucional, es que los generales te envían a todas las batallas. Abascal es
consciente del activo que tiene, y ahora le hace pasar Despeñaperros para
ampliar lo más posible la creciente adhesión a su partido, que ha sabido conectar con grupos y sectores sociales muy andaluces que el socialismo
abandonó para abrazar las banderas ecologistas, anticlericales y revanchistas del progresismo woke.  Y claro, Macarena, halagada en su amor propio por este reconocimiento, no se lo piensa dos veces y prepara el petate recitando los versos de Calderón, «Aquí la más principal hazaña es obedecer, y el modo como ha de ser es ni pedir ni rehusar».

El problema es que puede llegar a Sevilla a intentar acelerar un coche que está marchando bien, y que si se conduce de forma más agresiva puede hacer un trompo y perder terreno con unos contrincantes a los que está dejando atrás. Porque la carrera la va ganando un Moreno Bonilla que, insospechadamente, conduce con la tranquilidad y la frialdad preciosista de un piloto finlandés; sin necesidad de hacer adelantamientos espectaculares, avanza con pragmatismo desideologizado por un circuito que le habían dejado bacheado y resbaladizo.

Olona, además, se ha consolidado como un parlamentario completo (¡y no hay tantos!) y no debiera desaparecer del Congreso. Trabajadora meticulosa y eficaz, comunicadora resuelta y valiente, con extensos conocimientos
jurídicos, va haciendo parecer párvulos ignorantes a sus oponentes. En los
careos semanales con el Gobierno habla de cosas que conoce porque se las ha preparado con rigor, y, por tanto, se le entiende todo. Al contrario que a
Yolanda Díaz que suelta discursos que nos recuerdan a Cantinflas, pero en
más cursi, y a la que solamente se le entiende, y si eso, la frasecita que trae
enlatada para soltarla al final con su mueca favorita de perdonavidas.
Pero esta semana, Macarena ha venido con carga extra para Félix Bolaños.
¡Dios mío que carita lucía el muchacho! Ridiculizado en lo técnico por sus
inconstitucionales creaciones legislativas, y en lo político por sus
humillaciones con los socios frankenstein, se ha dado cuenta que en la
oposicioncilla de asesor de Banco de España faltaban temas de derecho
político y administrativo, y que a él le faltan registros escénicos para poner la cara de chulo displicente de algunos compañeros de gabinete. Lo peor es que el jefe se ha quedado con su cara: le encargó que dejará cerrado el apoyo al Real Decreto, pero tuvo que ser la indigna Batet quien se lo apañara con
Aizpurua. La infumable tagarnina que está liando a cuenta del Pegasus va a
terminar con una purga de las gordas en la que le va a tocar poner la cerilla y el combustible. Lo mismo de aquí a poco vamos a decir lo del cuento del libro de lecturas de EGB, Felisín no quiere ir al Colegio.

Para concluir, y pasando al símil taurino ahora que ya estamos en plena
temporada, Macarena es un diestro que reúne técnica, valor y temple para
torear corridas duras en cualquier plaza. Sevilla es desde luego una de las más importantes, pero, si no se rompe nada, la figura cumbre del cartel seguirá siendo Juanma Moreno y para ella quedará, si acaso, la lucida brega del subalterno. Abascal acertará si la aprovecha para que brille en todas las ferias y no tendrá sentido dejarla de sobresaliente, aunque sea en la Real Maestranza de Caballería.

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