PRIMERA LÍNEA

Armengol y sus tuitazos: ahora, el séptimo año triunfal

Armengol y sus tuitazos: ahora, el séptimo año triunfal
Armengol y sus tuitazos: ahora, el séptimo año triunfal

El sábado 2 de julio se cumplían los siete años de permanencia en el poder autonómico de la socialista Francina Armengol y entonces no podía faltar el tuitazo de rigor para celebrar el séptimo año triunfal, que en realidad no deja de ser un compendio de ambigüedades y lugares comunes, con tufillo mayúsculo a la exaltación de lo encantada que está de haberse conocido a sí misma mismamente. Así empieza: «No hi ha orgull més gran que servir al teu poble ni major honor que presidir la teva terra».

Pongamos atención a lo de «servir al teu poble». ¿Quiere decir con ello, al conjunto de la población? De lo contrario, sólo es sectarismo como parecen indiciar unas políticas que en absoluto apuntan al interés general.

Tomemos como ejemplo de «servir al teu poble», su negativa a responder a la oposición, precisamente allí donde reside la soberanía popular, es decir, el Parlament. Entonces el comienzo del tuit se queda en simple trompetería porque la soberanía popular es el e quivalente «al teu poble».

Luego el tuitazo continúa: «Gràcies infinites a totes les persones que m’heu acompanyat al llarg d’aquests 7 anys». Como no podía ser de otra manera, ¡faltaría más!, tratándose de una legión de paniaguados puestos a dedo con la condición de decirle amén y sin rechistar lo más mínimo a la directora de la agencia de colocación. En ello consiste repartirse el botín, conquistado el poder: colocar a los tuyos. «Totes les persones que m’heu acompanyat».

Más trompetería y además con sordina: el que se mueva no sale en la foto.
Para cerrar el tuitazo, Armengol continúa con un caramelo envenenado, en clave de permanencia en el poder a toda costa: «El somni continua, amb més força i il-lusió que mai. Seguim cap a més endavant». Le ha faltado el detalle de cerrar el mensaje con la fanfarria de Joan Valent encargada por el presidente Francesc Antich a modo de marcha tras el anuncio: «Ladies and gentlemen, The President of the Balearic Islands». Ta-Ta-Ra-Rá….

Leído de corrido y sin el menor sentido crítico por parte del lector, el tuit de Francina Armengol no deja de ser manera de darnos a todos, todas y todes una mano de jabón, lo que en román paladino significa adularnos, un verbo transitivo que en realidad esconde alabar de forma exagerada y generalmente interesada a una persona para conseguir un favor o ganar su voluntad. Y cuando se recurre a un ejercicio de adulación sin voluntad de exponer logro alguno, algo huele a mierda en mensaje tan altisonante, esto es, darle un énfasis excesivo a aspectos del mensaje que no lo merecen.

Vuelvo a recomendarle, querido lector, que al margen de ideologías busque en su entorno qué habrá de cierto en la voluntad de Armengol de «servir al teu poble». ¿Todo ha sido un panal de rica miel en este Pacte de Progrés en el que se identifica en pleno la extrema izquierda? PSIB, Més, Podemos…

En realidad, éste es un tuit triunfal con el que se pretende transmitir que en los siete años de gloria armengoliana, Baleares ha vivido una gesta colectiva cuando la realidad indica que el sector turístico y el de comercio, que dan trabajo al 80% de la población activa, han sido sistemáticamente agredidos; sin olvidar el incumplimiento del 25% de enseñanza en español, que marca la ley; incluso los apaños en amarres de forma presuntamente ilícita para el buen posicionamiento de empresas afines a la camaradería socialista y no menos opuesto a la gesta colectiva ese ninguneo por norma a la oposición.

En definitiva, este tuit es un simple engaño, un vendehúmos a ver si cuela. Nada tiene de casual que toda la jauría progre saliera en tromba a defender la honorabilidad, ¿qué honorabilidad?, de la judicializada Neus Truyol; un ejercicio al modo de Entre bobos anda el juego al que también se sumó de inmediato la presidenta socialista Francina Armengol. Estaba claro que la intención no era otra que hacer todo lo posible para intentar desacreditar a la justicia en estas horas bajas de la insípida Truyol. El lado positivo de esta algarada es que viene a ratificar el horror de esta tropa, al certificarse que la independencia de la Justicia se mantiene en pie, que no es poco. De lo contrario, ¿a qué venía este atropello de traca muñido por la casta progre?

En estos siete años de poder del Pacte de Progrés, sin freno alguno para los destrozos de la extrema izquierda, la gesta colectiva se ha circunscrito a los afines, tapando los casos de prostitución de menores tuteladas e impidiendo a toda costa que los dirigentes señalados por irregularidades diesen cuenta en comisión parlamentaria. ¿Gesta colectiva? ¿Sabrán lo que significa? ¿Qué hechos memorables se han producido en estos siete años?

Si los hubiera, Armengol los habría enumerado en su tuit. Ya se visualiza que Palma dejará de estar en manos de la extrema izquierda a partir de las elecciones locales de mayo del año 2023, de la misma manera que el PP va a recuperar su condición de primera fuerza política de Baleares en esas mismas elecciones, ahora en el capítulo autonómico.

La única medalla que podría haberse colgado la izquierda, el PSIB-PSOE, considerada memorable desde que existe el Pacte de Progrés, habría sido cuando a inicios del 2010 el presidente Francesc Antich decidió sacar del Govern a UM, debido a los abrumadores indicios de corrupción sujetos a inspección judicial. Entonces Antich debió convocar en el Parlament una cuestión de confianza al quedar técnicamente en minoría o cuando menos, condicionado por un hecho de extraordinaria trascendencia. No lo hizo. No tuvo valor para hacerlo. Políticamente, fue un cobarde, quien asimismo se podría aplicar el cuento ese de que «no hi ha orgull més gran que servir al teu poble ni major honor que presidir la teva terra». ¿Somos pardillos?

Para aclararlo, pardillo refiere «persona incauta, por lo que se le engaña o sorprende con facilidad». La RAE. De hecho, Twitter es el alpiste apropiado para los incautos, desde el pensamiento único de la corrección política.

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