De aquí al reconocimiento de la soberanía de Gibraltar sólo hay un paso

De aquí al reconocimiento de la soberanía de Gibraltar sólo hay un paso

La exclusiva que aporta hoy OKDIARIO confirma las peores sospechas en todo lo relacionado con la negociación que el Gobierno del presidente Sánchez ha mantenido con las autoridades británicas sobre Gibraltar. La revelación que realiza este periódico quizás sea la más grave de todas las aportadas hasta la fecha; y es que el reconocimiento de una “autoridad gibraltareña” contraviene incluso el Tratado de Utrecht mediante el cual el Peñón pasa a manos inglesas. En dicho acuerdo, se especifica que “si en algún tiempo a Gran Bretaña le pareciera conveniente dar, vender o enajenar la propiedad de esa plaza, se dará a España la primera opción”. En línea similar, casi tres siglos más tarde, en 1967, la Asamblea General de la ONU, formula que la descolonización de Gibraltar tiene que hacerse mediante la negociación entre los gobiernos de España y del Reino Unido.

En cambio, el texto firmado por el presidente Sánchez in extremis con motivo del Brexit contraviene 300 años de política exterior española pues reconoce, hasta en cuatro ocasiones distintas, a unas “autoridades gibraltareñas” con capacidad negociadora sobre materias relacionadas con la soberanía. De esta forma, gracias a la cómplice aquiescencia del Ejecutivo socialista, el Gobierno de Gibraltar avanza hacia su objetivo multisecular: ser un territorio soberano, con plena autonomía, que ha subarrendado su política exterior a la metrópoli, Gran Bretaña, pero que al mismo tiempo mantiene una relación de tú a tú con España.

La fórmula que se emplea varias veces en el texto –recordamos: hasta un total de cuatro–, donde se acepta como ente negociador sobre el Peñón a las “autoridades gibraltareñas”, implica reconocer de facto la disolución de la integridad territorial española, algo que ni el Tratado de Utrecht se atreve a plantear. Verdaderamente, la firma de este Acuerdo Internacional tiene una trascendencia histórica, aunque en un sentido muy diferente del celebrado por el ministro Borrell. Si el presidente Sánchez ha sido capaz de firmar ésto, a nadie debería extrañarle su permanente affaire político con los señores Torra y Puigdemont.

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