¿Apoyamos a los matones, señorías?

Nuevos muertos y heridos tras el atentado terrorista en Londres un día después de que el Congreso de los diputados comenzara a tramitar las dos iniciativas del PSOE y el PNV para acabar con la Ley de Seguridad Ciudadana impulsada en 2015 por el exministro Jorge Fernández Díaz. El PSOE pretende recuperar la ‘ley Corcuera’. El PNV aspira a tumbarla con 44 enmiendas. Podemos, y el resto de los independentistas, acabar integralmente con ella. El único que sigue sin saber qué quiere es Ciudadanos. Rivera zigzaguea como un boxeador sonado. Tan helado por el pánico a ser azotado por Wyoming, Ferreras y la paranoia totalitaria de la izquierda que ha caído en su trampa comprándole el término de “ley Mordaza”. Incapaz de separarse del trilero Iglesias vuelve a pedir tiempo muerto pronunciando el vacío ideológico cada vez que abre la boca. “¡Consenso!” Ejerciendo de párroco y legitimando a la izquierda de CEPS que, para ganarse el “cobre”, asesoraba a Chávez sobre cómo reprimir las manifestaciones de opositores y secuestrar a los periodistas disidentes del régimen el tiempo justo para infundirles pánico.

Rivera sigue tanteando el aire lastimosamente mientras el público, atónito, le grita que tiene al enemigo en frente: los matones podemitas metidos a “su señoría” que han convertido la Ley de Seguridad Ciudadana en la oportunidad de resentidos y revisionistas que también habitan en el PSOE. En pienso para soliviantar a la masa borreguera. En una excusa para abatir y criminalizar a la Policía y cualquier otro garante del Estado al que, con la derogación de esta Ley, se birla de cualquier atisbo de seguridad jurídica. La censura a la gente común y al Estado de derecho no viene impuesta desde el BOE, sino desde los 350 escaños del Congreso de los diputados. Y desde la corrección política abrazada por una teórica derecha liberal acobardada por esa izquierda maniquea a la que, tanto el PP como Ciudadanos ha regalado la defensa de la libertad de expresión como principal activo político.

Esa izquierda aglutinada por el PSOE, Podemos, ERC y Bildu miente porque, en primer lugar, siempre ha creído estúpida a la ciudadanía. En segundo lugar, porque la mentira siempre ha sido su estrategia para alcanzar el poder no logrado en las urnas. Por eso miente el PSOE cuando, por ejemplo, propone derogar el punto 23 del artículo 36 alegando que éste sanciona a los manifestantes que tomen fotos de la Policía. Dicha ley “penaliza el uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueda poner en peligro su seguridad personal, la de los familiares de los agentes, de las instalaciones protegidas, o que pueda poner en riesgo el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental a la información.” No cabe otra interpretación: el PSOE propone derogar que sea sancionable insultar y linchar a un policía. Es lógico que, ante la abertzalización de sus huestes y de su base política, a los socialistas les guste la idea.

El PSOE, Bildu, ERC y Podemos propone, además, la derogación del artículo 18 de la Ley de Seguridad Ciudadana que autoriza a la Policía al registro de la persona cuando existan indicios racionales para suponer que éste puede conducir al hallazgo de instrumentos, efectos u otros objetos relevantes para el ejercicio de las funciones de indagación y prevención que encomiendan las leyes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Esta es la ley que, al no existir en lugares como en Francia, impide a la policía abrir el maletero de un terrorista sospechoso para descubrir Kalashnikov como los que asesinaron a 90 personas en Bataclan. Brillante iniciativa de la izquierda española en plena alerta terrorista de nivel 4 por amenaza de atentado islamista. Brillante iniciativa de un Podemos que habla de «mordazas» y «Estado opresor» mientras recibe a los etarras que apalearon a Guardia Civiles de Alsasua. “Viva la libertad de expresión, excepto si eres un picoleto. En cuyo caso te mereces que un batasuno te parta la puta boca”. ¿Consenso con estos matones, señorías?