Albiol muestra el camino

Albiol

Los mandatos de separatistas y socialistas al frente del Ayuntamiento de Badalona habían convertido a la cuarta ciudad de Cataluña en materia exclusiva para programas tipo Callejeros. Casi todas las informaciones de esta urbe que llegaban a la prensa nacional eran sucesos: asesinatos, okupas que provocaban incidentes con los vecinos, muertos provocados por incendios en locales okupados, aumento de la delincuencia… Esta localidad costera se había convertido en el paraíso de las malas noticias gracias a un deterioro del respeto a la autoridad y a unos gobernantes forjados en las peores artes del procés: cero gestión y mucha propaganda y agitación política.

Xavier García Albiol (PP), que ha ganado todas las elecciones locales en la ciudad desde 2011, sólo pudo gobernar cinco años hasta que consiguió la mayoría absoluta en los últimos comicios celebrados este mayo. El «todos contra Albiol», con pactos imposibles entre ERC, CUP, Junts, Comunes y PSC para evitar que el candidato popular pudiera gobernar, fue la norma durante estos años. Los vecinos, hartos del deterioro de Badalona tras estos acuerdos contra natura que sólo sirvieron para que la ciudad fuera el paraíso de delincuentes y okupas, le dieron en las últimas municipales una aplastante mayoría a Albiol: 18 de 27 regidores.

Y, en apenas seis meses, Albiol le ha dado la vuelta a la ciudad. De entrada, ha mostrado una y otra vez su confianza total en la Guardia Urbana, y los agentes saben que tienen el apoyo absoluto del alcalde y, por lo tanto, saben que jugarse el tipo para garantizar la seguridad de los ciudadanos no iba a merecer reproche político, como es habitual en las localidades que gobiernan separatistas o antisistema. Además, el nuevo equipo de gobierno ha creado una unidad de actuación especial, el GEIP, para colaborar con rapidez en la resolución de ciertos delitos. Y los resultados están llegando. Y, poco a poco, ha dejado de ser una ciudad sin ley.

Además, Albiol no para de cerrar acuerdos con administraciones gobernadas por otras formaciones, como la Generalitat y la Diputación de Barcelona, que aprecian que hay alguien al mando en una ciudad que antaño sólo creaba conflictos. Sin olvidar el gran golpe propagandístico conseguido con el gigantesco árbol de Navidad que ha instalado en el centro de la ciudad, y que ha convocado a miles y miles de catalanes que día tras día van a verlo. Se ha hablado más de Badalona en la prensa nacional gracias a esta iniciativa navideña que por los delitos que asolaban la ciudad durante el último gobierno municipal socialista.

La moraleja es que un político claramente constitucionalista, que siempre ha tenido una postura de enfrentamiento, cívico pero contundente, con el separatismo, puede ganar unas elecciones en Cataluña si conoce el terreno y lo trabaja durante años. Es el mismo caso de Manu Reyes en Castelldefels. Por lo tanto, lo que falta en Cataluña para vencer al secesionismo y sus aliados socialistas es trabajo, trabajo y trabajo. Y un plan de actuación claro para solucionar los problemas de la gente. Albiol ha mostrado el camino que pueden seguir el resto de líderes no separatistas para conseguir que Cataluña sea una tierra que aporte al proyecto común de todos los españoles.

Lo último en Opinión

Últimas noticias