Las cartas marcadas

Las cartas marcadas

Albert Rivera apareció en Madrid allá por 2013. Era un chico majo, simpático, que defendía el juego limpio en política, así como la necesaria regeneración democrática que tanta falta hacía –y hace–. Decía el presidente de Ciudadanos que era un socialdemócrata que venía a plantear otra manera de hacer las cosas. Coincidíamos en distintas tertulias de la televisión y era cierto: era amable en las formas, positivo en los contenidos y daba la posibilidad de alejarse de la guerra política sin sentido. Personalmente conmigo había buena relación, sobre todo porque se mostraba como un “socialdemócrata” que estaba muy disconforme con el PSOE, lo mismo que yo entonces. Era una época, además, en la que Podemos estaba surgiendo, aunque todavía no se había perfilado nada, y en la que Albert procuraba hacer una buena agenda de contactos en Madrid. Por ello, venía y tomaba café con todas las personas que podía.

Recuerdo haber conocido por aquel entonces a Juan Verde, el que fuera asesor de campaña de Barack Obama, y me propuso algunas cosas interesantes que, sin embargo, para mí no resultaban atractivas, pero sí entendí que, teniendo en cuenta la supuesta línea de Albert, que se decía socialdemócrata, podrían encajar. Al menos tomar un café resultaría de interés y así debió ser porque, después de un tiempo, Verde le prologaba un libro bajo el título de ‘Juntos Podemos’. Puño apretado y mirada firme. Era verano de 2014, un momento de efervescencia política.

Lo llamativo de todo esto, es que ese nombre, que después ha usado Pablo Iglesias para su coalición con Izquierda Unida, entre otros, era la recomendación que se daba por la Fundación Everis en un interesante y muy desconocido informe en el que se lee detenidamente, se verá que aquí viene marcada la estrategia de todo lo que ha sucedido desde que se escribió en 2010. Debe repararse también en las firmas que lo avalan y así se entenderá la manera de haber creado estas formaciones “nuevas” que, en principio, venían a regenerarlo todo, desde la izquierda y desde la derecha. ¿Recuerdan que se pedía por parte de la Patronal la creación de un “Podemos de derechas”? Pues ahí lo tienen.

Ya hemos visto que ha tardado un poco en encajar la aparición de estas nuevas fichas en el tablero y que, por su falta de madurez y de miras, no consiguieron cuadrarlo todo para hacer posible elGobierno de 2016 porque,  como ya saben, hubo que repetir elecciones. Normal, pusieron a Sánchez a pilotar el barco, y recuerden lo que decía su mejor enemiga: “Este chico no vale, pero nos vale”. ¿Por qué dijo eso? Sencillamente porque todo lo que estamos viendo es parte del movimiento de hilos por parte de los que realmente mandan y manejan, esos de los que nunca hablamos porque, sencillamente, los desconocemos. Saben bien cómo tener comprados a la mayoría de los medios para que lo que sea titular sean estos muchachos felices que se creen salvapatrias y en realidad no tienen capacidad ni altura de miras para ser otra cosa que títeres de lo que toque en cada momento. Por eso, nada más y nada menos, verán ustedes los vaivenes de Rivera, de Casado, de Iglesias y de Sánchez. Un día dirán una cosa, al siguiente la contraria, dependiendo de quién les haga bailar. No se engañen: durante las próximas elecciones todo parecerá un ejercicio democrático, pero las cartas ya están marcadas.

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