Los cazadores están de enhorabuena: un estudio demuestra que los linces son beneficiosos para la caza menor

La rutina de los cazadores se basa en preparación, práctica, materiales y mucho ingenio. No es una tarea sencilla: factores como el terreno, el clima o incluso el tipo de animal son clave para determinar el éxito de una jornada. Uno de los enemigos más comunes para la caza menor es el zorro, un animal que suele atacar a pollos, conejos, perdices e incluso crías de corzo.
Sin embargo, una noticia reciente ha cambiado la visión que muchos cazadores tenían de otro gran depredador: el lince ibérico. Lo curioso es que ahora se demuestra que, lejos de ser una amenaza, en realidad es un aliado.
Por qué los linces se están convirtiendo en aliados clave para los cotos de caza menor
Un estudio científico desarrollado en el sur de Portugal, con la participación de la Fundación Artemisan, ha confirmado algo que ya empezaban a sospechar algunos gestores de caza: los cotos que albergan linces ibéricos tienen más abundancia de especies cinegéticas como la perdiz roja y el conejo de monte, y menos presión de depredadores oportunistas como zorros, meloncillos o gatos asilvestrados.
El estudio analizó cuatro cotos situados en el entorno de Mértola, una zona donde el lince fue reintroducido en 2015. En dos de ellos había linces reproductores; en los otros dos, no. Los resultados reflejaron que en los cotos con linces, la densidad de perdices era hasta cinco veces superior.
Los conejos, a pesar de ser la base de la dieta del lince, también eran mucho más abundantes donde el felino estaba presente. En cambio, en los cotos sin linces, la presencia de estos animales era mínima.
La clave está en el papel del lince como superdepredador. Su presencia desplaza o reduce a otros carnívoros de menor tamaño que compiten por las mismas presas. Esto tiene un efecto cascada en el ecosistema: menos competencia, más presas, y un entorno más equilibrado.
Además, el lince modifica el comportamiento de otros depredadores como el zorro, que cambia sus horarios de actividad para evitar al felino.
Al final, esto se traduce en beneficios para los cazadores. En primer lugar, los cotos con lince registran una mayor abundancia de conejos y perdices, dos especies clave para la caza menor.
A esto se suma un ecosistema más equilibrado, en el que las poblaciones de fauna cinegética tienen más posibilidades de mantenerse estables y sostenibles en el tiempo.
Los estudios revelan que se puede seguir aportando agua y comida, haciendo siembras o controlando predadores con escopeta sin que la convivencia con el lince suponga un problema.
Dónde vive hoy el lince ibérico y cómo se relaciona con la caza
Aunque no hay un listado oficial que indique cuántos cotos de caza cuentan con presencia estable de linces ibéricos, los últimos datos publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) ofrecen una imagen de su distribución.
En 2024, se contabilizaron más de 2.400 ejemplares en la Península Ibérica, y de ellos, más de 2.000 viven en territorio español. Castilla-La Mancha encabeza el ranking con la mayor población registrada, seguida de Andalucía y Extremadura.
Estas comunidades, junto con algunas zonas de Murcia donde el lince ha empezado a asentarse, son los principales núcleos reproductores de la especie. Aunque no se puede afirmar con precisión cuántos de estos linces habitan en cotos, lo que sí se sabe es que una parte importante de sus territorios se solapa con áreas gestionadas para la caza menor.
En Portugal, la región del Alentejo, especialmente Mértola, ha logrado consolidar una población estable de linces gracias a una gestión cinegética orientada a la sostenibilidad.
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