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Soy adiestrador de perros y éste es el peor error que cometen todos los propietarios, sin excepción

Perros, animales, mascotas
Un perro con su dueña. Foto: Freepik
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

El amor hacia los perros ha transformado por completo la convivencia con ellos. Antes eran guardianes del hogar y ahora ocupan un lugar privilegiado en la familia: duermen en la cama, viajan en coche, participan en las fiestas y algunos hasta tienen su perfil en redes sociales.

Sin embargo, esta tendencia causa a las mascotas un problema que preocupa a los profesionales del comportamiento canino. En una entrevista difundida en el canal de YouTube Morir de Éxito, el adiestrador canino Enrique Molina, con décadas de experiencia en cuerpos de seguridad y entrenamiento militar, alertó sobre un fallo que cometen la mayoría de los dueños de estos animales.

Y aunque este gesto nace del cariño, termina siendo una de las principales causas de ansiedad e inseguridad en los perros.

Humanizar al perro: un hábito que provoca ansiedad, desobediencia y estrés

Molina advierte que el mayor error de los propietarios es humanizar a su mascota, es decir, atribuirle emociones, razonamientos y necesidades propias del ser humano. «Cuando pensamos que el perro es una persona, lo llenamos de inseguridades», explicó en la entrevista.

Este comportamiento genera confusión en el animal, que necesita jerarquías y normas claras para sentirse seguro. El adiestrador asegura que muchos casos de ansiedad por separación, conductas destructivas o desobediencia tienen su origen en esta falta de límites.

Permitir que el perro duerma en la cama, coma en la mesa o acompañe al dueño a todos lados puede parecer una muestra de amor, pero en realidad desestructura su comportamiento natural de manada.

Liderazgo canino: cómo evitar que el perro se convierta en el líder del hogar

La naturaleza del perro está regida por la jerarquía. Cuando el dueño no asume el papel de guía, el animal toma el liderazgo. «Ahora mismo, el 80% de los perros son los líderes de la manada», asegura Molina. Esta inversión de roles provoca estrés tanto en el animal como en la convivencia diaria.

El especialista insiste en que el liderazgo no implica autoritarismo, sino transmitir calma, coherencia y seguridad. Desde cachorro, el perro necesita entender cuáles son sus límites y qué comportamientos son aceptables. De lo contrario, acabará sintiéndose responsable del grupo familiar, un peso que genera ansiedad.

Claves del adiestramiento canino: tres pilares para una educación equilibrada

Molina resume su método de adiestramiento en estas tres pautas esenciales:

  1. Paciencia, como base del aprendizaje.
  2. Refuerzo positivo, aplicado en el momento adecuado.
  3. Corrección puntual, cuando el animal actúa de forma indebida.

El adiestrador subraya que no siempre es necesario usar comida como recompensa. Una caricia puede ser más efectiva, especialmente si se aplica en la paletilla, zona que transmite seguridad. También distingue los espacios. La casa es el lugar de descanso, la calle el de exploración y juego.

Durante el paseo, la correa funciona como un canal de comunicación. Si está tensa, el perro percibe ansiedad y si está relajada, refuerza la confianza mutua.

Molina destaca que únicamente con una educación basada en límites, afecto y comprensión de la naturaleza canina se puede disfrutar de una convivencia equilibrada y libre de los problemas.

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