¿Realmente es una buena idea ponerle un cascabel al gato?

Cuando tenemos un gato como mascota queremos darle muchos mimos y le compramos todo tipo de accesorios: rascadores, pelotas… También vemos que muchas personas les ponen un collar con un cascabel a su gato, así que, ¿por qué no hacerlo nosotros? Pues bien, lo cierto es que no es una buena idea, a pesar de que a priori pueda parecer muy bonito, e incluso útil.

Los veterinarios explican que ningún gato debería llevar un cascabel colgando en su cuello constantemente, e incluso hay algunos que aseguran que se trata de una especie de «tortura» por varias razones.

En primer lugar, sabemos que los felinos tienen un sentido del oído muy desarrollado. Por lo tanto, tener colgado de su cuello un accesorio que hace ruido al más mínimo movimiento puede resultar muy perjudicial para el gato, e incluso causarle pérdida de audición con el paso del tiempo. Si el cascabel es grande y hace mucho ruido, es muy probable que el gato acabe sordo.

A esto hay que sumar que el sonido puede afectar de manera notable a su estado de ánimo. Por norma general, los gatos se mueven con sigilo y delicadeza, así que ponerles un cascabel no les resulta nada cómodo. Es más, para ellos es muy desagradable.

Y, por último, no hay que olvidar que el cascabel le impide al gato hacer muchas cosas que son fundamentales para él, como rascarse o cazar. Si le ponemos este accesorio a nuestra mascota, lo más seguro es que trate de quitárselo.

Con estas razones, queda claro que el collar con cascabel no es un accesorio indicado para un gato. ¿Existen alternativas? Por supuesto que sí. Si lo que queremos es que nuestra mascota lleve collar si alguna vez salimos de casa, podemos encontrar diferentes tipos de collares en el mercado: identificativos, antiparasitarios…

Lo más importante es que el collar sea cómodo, que no le apriete lo más mínimo al animal y que no pueda quedarse enganchado a ningún sitio. Si queremos tener localizado al gato en todo momento, existen collares con localizador integrado, que nos permite seguir sus pasos desde el teléfono móvil.

Por último, cabe señalar que, del mismo modo que el collar de cascabel, hay otras muchas cosas que odian los gatos, como por ejemplo los ruidos fuertes. Tampoco les gustan las caricias demasiado bruscas o intensas, así que siempre hay que acariciarles con suavidad.