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¿Por qué a los gatos no les gustan los abrazos?

Gatos y abrazos
Gato
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Desde el primer momento en que adoptamos un gato y éste llega a casa, se convierte en parte fundamental de la familia. Queremos demostrarle todo nuestro amor y cariño, pero muchas veces no sabemos cómo hacerlo, lo que nos lleva a cometer algunos errores, como por ejemplo abrazarles. Al contrario de la creencia popular, a los gatos no les gustan los abrazos, así que es mejor evitarlos si queremos que la relación con nuestra mascota vaya sobre ruedas.

Gatos y abrazos

Para saber por qué a los gatos no les gustan los abrazos, simplemente tenemos que entender su naturaleza. Ellos son depredadores, pero también presas, así que cuando les envolvemos con nuestros brazos, ellos lo sienten como un gesto de captura que les atrapa y les impide moverse. Incluso si les damos un abrazo de manera cariñosa y para nada agresiva, puede ser interpretado como una señal de peligro.

Por lo tanto, nunca debemos apresurarnos a coger al gato y abrazarlo, sobre todo cuando come o duerme. Ahora bien, esto no significa que no necesite cariño. Lo que tenemos que hacer, según recomiendan los expertos, es esperar a que sea el gato el que se acerque a nosotros y dejar que le acariciemos la barbilla y las orejas. Si ronronea, significa que está feliz de recibir nuestra atención. En este punto podemos intentar abrazarlo, pero con mucho cuidado.

Si notamos que el animal se queda muy quieto y empieza a mover la cola y a maullar, nos detenemos inmediatamente porque no le está gustando. Si por el contrario, le gusta el abrazo, tenemos que hablarle en voz baja y suave para que sepa que está a salvo en nuestros brazos.

Cosas que no les gustan a los gatos

Además de los abrazos, hay otras cosas que los gatos odian profundamente. Una de las más conocidas es el agua. Existe la teoría de que se debe a su origen en lugares desérticos, aunque no se ha podido demostrar científicamente. En ningún caso tenemos que mojarles.

Aunque algunos gatos las toleran, en la mayoría de casos odian las caricias en la cola, la barriga y las patas porque son sus zonas más sensibles. Sin embargo, en la cabeza, las orejas, la barbilla y el lomo sí que les gustan.

El olfato es uno de los sentidos más desarrollados de los gatos, así que es normal que les molesten los olores fuertes, como los de los productos de limpieza por ejemplo.

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