El motivo por el que los perros se sacuden cuando están mojados: no es por lo que piensas


Los perros, esos fieles compañeros que nos alegran la vida con su presencia, tienen costumbres y comportamientos que a veces no entendemos. Uno de esos comportamientos es el momento en que nuestro amigo peludo se sacude cuando está mojado. ¿Alguna vez te has preguntado por qué lo hacen? A primera vista, podría parecer una reacción espontánea, pero lo cierto es que este acto tiene una explicación mucho más profunda y científica de lo que imaginamos.
Los perros no se sacuden por mera diversión, ni para «liberarse» de la incomodidad del agua. La razón detrás de este curioso gesto está ligada a su biología y sus instintos más primitivos. Un estudio reciente ha revelado detalles sobre cómo y por qué este movimiento refleja un mecanismo de defensa natural que va mucho más allá de lo que pensábamos.
¿Por qué los perros se sacuden cuando están mojados?
Lo primero que debemos entender es que el acto de sacudirse tiene una explicación muy lógica: los perros lo hacen para eliminar el exceso de agua de su pelaje. Cuando un perro se moja, especialmente si ha estado bajo la lluvia, el agua se acumula en su piel y pelo.
Al sacudirse, de forma rápida y enérgica, logra desprender una gran cantidad de esa agua, acelerando el proceso de secado y ayudando a que no se enfríe tanto. Este comportamiento es muy útil para evitar que el cuerpo pierda calor rápidamente, ya que la humedad puede interferir en sus mecanismos naturales de regulación de temperatura.
Sin embargo, la razón no termina ahí. El comportamiento de sacudirse es un reflejo instintivo profundamente enraizado en los perros. Este reflejo se activa cuando ciertos estímulos, como la humedad o incluso los insectos molestos en su piel, provocan una señal que lleva a su cerebro a ordenar la sacudida En otras palabras, no se trata sólo de un acto «voluntario», sino de una reacción que se activa en su sistema nervioso como una respuesta adaptativa a determinadas condiciones.
Este comportamiento también se observa en otros mamíferos peludos, como los gatos, los caballos e incluso algunos roedores. La clave está en un tipo específico de receptor en la piel de los perros: los mecanorreceptores de umbral bajo de la fibra C (C-LTMR). Estos receptores son responsables de percibir cualquier tipo de estímulo que pueda molestar al animal, como agua o picazón. Una vez que estos receptores se activan, envían una señal al cerebro que hace que el perro se sacuda.
Un estudio publicado en la revista Science investigó este fenómeno y descubrió que estos receptores no sólo responden a la humedad, sino también a sensaciones de incomodidad como las que se producen cuando un insecto entra en contacto con la piel del animal. De este modo, el hecho de sacudirse también actúa como una respuesta ante cualquier estímulo que les resulte molesto o irritante.
Termorregulación
Uno de los aspectos más interesantes del comportamiento de los perros al sacudirse después de mojarse es su relación con la termorregulación. Los perros, como todos los mamíferos, tienen una capa de pelo que cumple la función de aislar su cuerpo, protegiéndolo del frío y de la humedad.
Sin embargo, cuando se mojan, el pelo pierde gran parte de esa capacidad aislante. El agua que se queda atrapada en el pelaje puede enfriar rápidamente al animal, y en un entorno frío, esto puede ser muy peligroso.
Es aquí donde entra en juego la función termorreguladora de la sacudida. Cuando el perro se sacude, el movimiento rápido y repetido ayuda a que el agua acumulada se desprenda con mayor eficacia, restaurando parte de su capacidad aislante y evitando que su cuerpo pierda calor de forma rápida.
De hecho, el sacudirse es tan eficiente que se estima que un perro puede eliminar hasta el 70% de la humedad de su pelaje en cuestión de segundos. Este proceso es increíblemente eficaz para evitar que el perro se enfríe, y es vital para su bienestar, especialmente en condiciones de frío.
Comportamientos similares en la naturaleza
Este instinto no es exclusivo de los perros. Otros mamíferos, como los gatos o incluso los caballos, también se sacuden cuando están mojados. En el caso de los caballos, por ejemplo, la sacudida también tiene la función de eliminar la humedad del pelaje y permitir que el animal recupere su temperatura corporal. En el caso de los gatos, aunque a veces son más delicados, el sacudido también les ayuda a deshacerse del agua, aunque lo hacen con movimientos más suaves.
Lo que todos estos mamíferos tienen en común es la necesidad de adaptarse a su entorno. El sacudirse es un reflejo natural que ayuda a cada uno a mantenerse seco y cálido, lo que es esencial para su supervivencia. Esta adaptación es clave para animales que, por su naturaleza, dependen de su capacidad para regular la temperatura corporal y mantener su pelaje en condiciones óptimas.