Perros

Agresividad por miedo en perros: qué es y cómo evitarlo

Los perros no soportan los ruidos fuertes

Agresividad miedo
Agresividad perro

Los propietarios de canes quieren que sus mascotas se relacionen y jueguen tanto con otras personas como con otros perros. También buscan que sean capaces de convivir sin generar ningún tipo de conflicto cuando pasean por el parque o por la calle, por ejemplo. Sin embargo, a veces la realidad es muy distinta. La agresividad por miedo es algo relativamente común, pero, según los expertos, la conducta se puede reconducir con diferentes tratamientos.

Principales causas de la agresividad por miedo en perros

Es frecuente que un can rehúya de otros perros porque tiene miedo debido a diferentes factores, y esto es justo lo que hay que evitar. El primer paso es llevar al animal al veterinario para que establezca un diagnóstico y, en base a él, determine el tratamiento más adecuado. Si un perro tiende a muerde, ladra en exceso o rompe los muebles de casa no hay que tomarlo como algo normal porque no lo es.

La agresividad puede venir dada por el miedo, y uno de los motivos más comunes es una mala experiencia con una persona o con otro perro. La relación causa-efecto es muy simple: si un día el perro está paseando por el parque y le ataca otro perro, desde ese momento va a evitar a todos los canes y va a actuar con miedo ante su presencia.

A esto hay que sumar la falta de socialización desde que son cachorros. Los perros tienen que relacionarse con otros animales y también con los seres humanos desde temprana edad. De lo contrario, cuando sean adultos van a reaccionar con miedo y agresividad. Existen otros factores relacionados con su instinto territorial: tratan de expulsar a otros animales de su zona.

¿Cómo tratar la agresividad por miedo en perros?

Una vez establecido el diagnóstico clínico, el veterinario recomendará trabajar con un educador canino para cambiar la actitud del perro. Nunca hay que tomar a la ligera las conductas agresivas de los animales ya que, en función de su tamaño o de su fuerza, puede suponer un gran peligro para las personas y su entorno. Debe adquirir las reglas de obediencia más elementales, así como atender a las instrucciones tanto visuales como auditivas. Hay educadores especializados en modificación de conducta.

Si el perro ya tiene marcado un comportamiento agresivo, quizá sea conveniente ponerle un bozal. Se trata de una medida de seguridad de carácter temporal, hasta que aprenda a gestionar la situación por sí mismo.

Lo último en Mascotas

Últimas noticias