Noah Lyles gana los 100 metros en París 2024 en la final más ajustada que se recuerda
Noah Lyles se proclama campeón olímpico de los 100 metros lisos en los Juegos Olímpicos de París 2024 con una marca de 9.79
Remontó para superar por milésimas al jamaicano Thompson, puesto que clavaron el mismo tiempo
Noah Lyles se ha convertido en el nuevo rey de la velocidad, ganando los 100 metros en los Juegos Olímpicos de París 2024, en una final que se decidió por milésimas. Con una marca de 9.784, superó por muy poco a Kishane Thompson (9.789). El estadounidense se ha convertido en campeón de la prueba reina del atletismo y de la cita olímpica. El triple campeón del mundo tiene ya su oro en unos JJOO, en una de las pruebas más ajustadas que se recuerdan. El bronce se lo cuelga el también estadounidense Fred Kerley.
Aparecía como el gran favorito, pero no lo tuvo nada fácil. En apenas 10 segundos se juegan todo los atletas en esta prueba, por lo que un error o un acierto se convierte en clave para la victoria. Y Lyles supo aprovechar su oportunidad. No salió bien, aparecía tras los primeros metros en cuarta posición, pero comenzó a remontar, para terminar imponiéndose por una de las diferencias más ajustadas de la historia.
Su zancada en el segundo tramo de la prueba le permitió poder alcanzar a Thompson, que en ese momento se batía con el otro estadounidense. Justo al lado de su calle, llegaba Kerley disputándose el oro y el jamaicano trataba de mantenerle a raya. Sin embargo, por la derecha apareció como un auténtico misil Lyles para llevarse, con fotofinish de por medio, el oro olímpico.
La marca fue clavada por los dos. Bajaron al 9.78, una centésima menos de las que había hecho Thompson en las semifinales, donde logro el mejor tiempo. Rebajaban, además, en la misma cantidad la marca lograda por el que era hasta entonces el campeón olímpico, un Marcell Jacobs que acabó quinto, con 9.85.
Noah Lyles es el rey de la velocidad
Llegaba el día D del atletismo olímpico. El domingo 4 de agosto era el día elegido para conocer quién era el hombre más rápido del mundo. Los 100 metros, la prueba reina de los Juegos Olímpicos, se disputaba en el Stade de France de Saint-Denis. Una prueba que aparecía más abierta, si cabe, que nunca, pese a que en ella estaba presente –por poco– el vigente campeón de Tokio 2020, el italiano Marcell Jacobs.
El italiano, que tomó hace tres años en Japón el relevo del legendario Usain Bolt por sorpresa, no quería renunciar a defender su título, pero estuvo muy cerca de no poder hacerlo. Las duras semifinales no parecían perdonar a nadie y estuvieron a punto de dejar a Jacobs a las puertas de meterse entre los ocho mejores. Finalmente lo consiguió, como el séptimo en discordia, aunque sin acabar entre los dos primeros de su serie en semis.
A ella accedía después de correr en 9.92, sólo tres centésimas menos que el sudafricano Richardson, que se quedaba fuera en novena posición. El mejor registro lo marcaba Kishane Thompson, con un 9.80 que, precisamente, era la marca fijada por Jacobs en Tokio y de la que no había conseguido bajar desde entonces. Por ello, parecía muy complicado que el italiano pudiera revalidar el título.
El jamaicano Thompson se posicionaba, por tanto, como el heredero de su compatriota Bolt. Junto a él, con 9.81, el también jamaicano Oblique Seville. Las bazas de Estados Unidos estaban puestas en el que se presentaba antes de la prueba como el principal favorito, Noah Lyles, que fue segundo en su semifinal con un tiempo de 9.83 y también con Fred Kerley, que marcó un 9.84.
Pero en esta final más que abierta, no había que olvidarse del resto. Más allá de los cuatro favoritos y del último campeón olímpico, aparecían dos velocistas que buscaban convertirse en el primer ganador de los 100 metros procedente de África. Se trataba de Akani Simbine (9.87), de Sudáfrica, y el atleta de Botsuana Letsile Tebogo (9.91). Por último, otro estadounidense, Kenneth Bednarek, que accedió por tiempo (9.93) a la finalísima.
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