Una íntima de López Madrid hace una denuncia falsa a E.P.R.
Guguelear, es decir entrar en Google, es un sano ejercicio teniendo en cuenta que es la Biblioteca de Alejandría de nuestro tiempo. Mucho más si lo que uno pretende es fabricar una realidad, como dicen las empresas de imagen y relaciones públicas. Lo que toda la vida se ha llamado manipular. Un simple gugueleo hubiera evitado a Estudio de Comunicación, la agencia que intenta dar la vuelta a la historia de presunto acoso sexual de Javier López Madrid, hacer el ridículo. Ya se sabe: la hemeroteca es muy traicionera. La por otra parte prestigiosa compañía de fabricación de realidades colocó ayer una historia en El Confidencial que, bajo el título “Atracción fatal en la jet: la historia de la dermatóloga de López Madrid”, intentaba hundir la reputación de una mujer (E. P. R.) que lleva casi tres años aterrorizada y que ha sido apuñalada en dos ocasiones tras denunciar al financiero y consejero delegado del Grupo Villar Mir. De hecho, sobre el yerno del propietario de OHL pesan una imputación por acoso sexual y una orden de alejamiento de su víctima (no puede estar a menos de 500 metros).
La historieta aseguraba que una tal Alejandra Soto López de Toledo ha puesto en conocimiento de la Guardia Civil que E. P. R. tuvo “una relación sentimental y esporádica con su padre, que derivó en un acoso reiterado”. La tal Alejandra Soto López de Toledo sitúa el flirt no hace unas semanas, unos meses o un año. No, según ella, data de ¡¡¡hace 20 años!!! Siete mil trescientos días después, se decide a contarlo. “Mi padre me confesó que E. P. R. le estaba sometiendo a numerosos chantajes por la esporádica relación sexual que tuvieron”, añade en su relato al instituto armado. “Le dijo en 1998 que estaba embarazada de él y le pidió 2 millones de pesetas para ir a abortar a París. Le chantajeaba con enseñar fotos a familia y amistades influyentes”. La tal Alejandra Soto olvida, para empezar, que si hubiera tenido que abortar, E. P. R. no necesitaba dinero de nadie pues su familia, de origen judío, es multimillonaria.
La realidad fabricada se desmonta en milésimas de segundo. Los que transcurren entre escribir “Alejandra Soto López de Toledo” en Google y darle a “buscar”. Uno de los resultados remite a la edición del diario Abc del martes 24 de marzo de 1992. En los ecos de sociedad se recoge el enlace entre Manuel Garbayo García-Bragado y Alejandra Soto López de Toledo. Hasta ahí todo normal. Una boda de la alta sociedad más. El “piinnn” suena en el cerebro del curioso cuando descubre quién es uno de los testigos de la boda: ¡¡¡Juan Miguel Villar Mir!!!, suegro de Javier López Madrid que, por aquel entonces, llevaba dos años casado con su hija.
¿Y quién es uno de los testigos de la boda de su hermana Ana Soto López de Toledo dos años después? Adivina, adivinanza… Muy fácil: ¡¡¡Juan Miguel Villar Mir!!! Más claro, agua. E. P. R. presentó ayer mismo una denuncia por denuncia falsa contra una Alejandra Soto López de Toledo que no es una tal Alejandra Soto López de Toledo sino una especie de ahijada o casi del suegro de López Madrid.
Su tesis se viene definitivamente abajo cuándo nos preguntamos quién es la secretaria de E. P. R. en su consulta de Madrid. ¿Alguien cercano a Alejandra Soto López de Toledo? Caliente, caliente. Exactamente, la misma que tuvo su padre hasta que dejó la profesión poco antes de morir hace dos años. Y, por si fuera poco, los Villar Mir pasaron de ser tratados por el doctor Soto, el padre de Alejandra, a ponerse en manos de la víctima de López Madrid. ¿Y quién les aconsejó pasarse a la doctora E. P. R.? Pues el propio doctor Soto.
La noticia fabricada por Estudio de Comunicación es tan burda que hasta le quitan años a su cliente: en lugar de 51, que son los que tiene, le rejuvenecen hasta los 46. Los fabricantes de realidades hacen verdaderos milagros.