Así fue la trágica muerte de Lady Di en el puente de l’Alma de París

En 1997 el Mercedes en el que viajaban Lady Di y Dodi Al-Fayed se estrellaba contra uno de los pilares del túnel Place de l’Alma de París.

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Corría agosto de 1997 cuando el Mercedes S280 en el que viajaban Lady Di y su novio Dodi Al-Fayed se estrellaba contra uno de los pilares del túnel Place de l’Alma de París, ubicado en el margen derecho del Sena. La pareja, que desde hacía meses se había convertido en el blanco de la prensa rosa internacional, era perseguida de manera permanente por los paparazzi en busca de la mejor imagen del verano y fue, precisamente, en una de esas persecuciones cuando el coche jamás saldría de aquel túnel.

Aquella fatídica madrugada, pues el brutal accidente tuvo lugar a las 00,23 horas del 31 de agosto, sólo sobrevivió uno de los ocupantes del vehículo de lujo: el guardaespaldas de la pareja, Trevor Rees-Jones, que viajaba como copiloto. Diana de Gales, la conocida ‘Princesa del pueblo’ debido a sus múltiples labores solidarias, fallecía a las 4 de la madrugada en el hospital parisino de Pitié-Salpêtrière. Sólo contaba con 36 años. Según las crónicas de entonces, el primero en llegar al hospital fue el embajador británico, Michael Jay, acompañado del primer ministro galo, Lionel Jospin. El magnate egipcio, Mohamed Al-Fayed, también fue uno de los primeros en llegar desde el aeropuerto de Le Bourge al hospital, un centro médico al que su hijo ni siquiera llegó porque Dodi fallecería en el acto.

Tras el accidente mortal en 1997, Al-Fayed dedicaría gran parte de su vida y sus recursos económicos a demostrar la existencia de una conspiración urdida por la Casa Real de Inglaterra y el MI6, los servicios de inteligencia británicos, detrás de la muerte de su hijo. El odio del millonario egipcio contra la Corona quedó demostrada en varias ocasiones, pero sobre todo cuando el propio Mohamed Al-Fayed quemó los gigantescos escudos reales de Harrod’s frente a la fachada de los grandes almacenes. A pesar de la lucha incansable de Al-Fayed por demostrar la citada conspiración, finalmente las investigaciones hechas por la policía londinense y francesa –la llamada ‘Operación Paget’– determinaron que “la alta velocidad del coche donde viajaba huyendo de los fotógrafos” había sido el motivo de la muerte de Lady Di y Dodi.

Las mismas investigaciones también determinaron que, además del exceso de velocidad –105 km por hora–, habría afectado el estado de embriaguez del conductor del Mercedes, Henri Paul, el número dos de seguridad del hotel Ritz de París, propiedad de la familia Al-Fayed. “El conductor del coche estaba ebrio y bajo el efecto de medicamentos incompatibles –antidepresivos– con el alcohol. No estaba en posición de mantener el control del vehículo”, decía el auto del magistrado galo Hervé Stéphan.

Una vez conocida la fatídica noticia, los británicos, que eran grandes simpatizantes de la rebeldía de Lady Di tras su separación de Carlos de Inglaterra por motivos de infidelidad, llenaron la verja del palacio londinense de Kensintong –donde vivía la Princesa– de flores, tarjetas y otros objetos como homenaje. Reino Unido estaba viviendo un duelo nacional que hoy, tras más de 20 años, sigue vivo en el imaginario colectivo de los británicos. El funeral, que en principio no iba a contar con los honores regios, se celebró el 6 de septiembre de 1997 y sus restos mortales fueron depositados en Althorp House, la mansión donde Lady Di había crecido junto a su familia, los Spencer. “Un entierro único para una persona única”, así es como definieron el último adiós a la Princesa de Gales desde el Palacio de Buckingham.

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