La Unión Europea no logra acordar el nuevo plan migratorio

La Unión Europea no logra acordar el nuevo plan migratorio
Desembarco de uno de los inmigrantes del 'Open Arms'.

La misma semana que se conoce que el número de migrantes y refugiados fallecidos mientras intentaban cruzar el Mediterráneo ya superó este año las mil personas, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se esperaba que la Unión Europea avanzara un nuevo plan migratorio, temporal, al que se conoce como la declaración de Malta, y que fue presentada el 23 de septiembre. Bruselas y los Estados miembros de la Unión, especialmente los que se encuentran en primera línea de recepción, son conscientes de que urge un nuevo pacto de migración que vaya más allá de la búsqueda de soluciones ad hoc y hacia mecanismos permanentes porque, según constata la OIM, la ruta del Mediterráneo es la más peligrosa del mundo.

Tras el Consejo de ministros del martes quedó claro que ese avance del proyecto piloto podría haber sido más rotundo ilustrando la falta de acuerdo en el tema migratorio, de gran importancia para la Unión. Los titulares de Interior de los veintiocho debatieron en un almuerzo de trabajo el nuevo plan, que busca una solución temporal (a falta de un sistema definitivo a nivel de la UE) al desembarco de los inmigrantes rescatados en el mar, que evite tener que resolver esas situaciones caso por caso, y que incluye un compromiso a un reparto de los migrantes y solicitantes de asilo por cuotas entre los Estados firmantes. De esta manera, el nuevo mecanismo busca ser una solución «temporal» (en principio válida durante un periodo de seis meses, que podrá ser renovado), con el objetivo de poner fin a las escenas de buques que permanecen durante semanas en alta mar, ante la negativa de los países miembros a abrirles sus puertos, y que los Estados miembros asuman una mayor responsabilidad compartida.

La declaración de Malta, un mecanismo temporal de solidaridad firmada por Alemania, Francia, Italia y la propia Malta, no ganó tantos adeptos europeos como se esperaba. Tan solo Portugal, Irlanda y Luxemburgo se mostraron a favor de unirse al plan, en línea con el interés declarado previamente, mientras que los otros Estados miembros prefirieron esperar a nuevas negociaciones, y mucho convencer, para posicionarse a favor. Las próximas semanas serán determinantes para ver qué países se incorporan a este nuevo plan migratorio y, por tanto, la viabilidad del mismo algo en que los representantes europeos dijeron confiar.

Área de influencia

«El mecanismo de Malta se centra en el desembarco de la ruta central pero hoy hablamos de las acciones necesarias en todas las rutas migratorias», dijo el comisario europeo de Migración, Interior y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos, en la rueda de prensa posterior al Consejo. El área de influencia y de acción del nuevo plan migratorio resultó ser uno de los principales motivos de tensión entre los Estados miembros desde el anuncio de la declaración de Malta. Según informaron después, ayer no se pedía a los Estados miembros que se comprometieran con el nuevo plan, dado que las discusiones están en proceso.

Eso sí, el mecanismo establece varios puntos que representan el peso de la declaración de Malta: que los inmigrantes rescatados en el mar serán desembarcados «en el territorio» del país bajo cuyo pabellón navegue el barco; que los estados titulares de los buques garanticen que los mismos «están calificados y equipados» para efectuar rescates y que cumplen con las normas de seguridad; que se obligue a las naves a cumplir las instrucciones dadas por los centros de coordinación de rescate competentes y no obstruir el trabajo de los guardacostas «oficiales», incluyendo los libios; además, se garantizará «el retorno efectivo y rápido» de aquellas personas que no sean susceptibles de recibir protección internacional.

El de ayer fue el último Consejo del comisario europeo de Migración, Interior y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos, al que probablemente le hubiera gustado ver avances más concretos respecto a la declaración de Malta. Avramopoulos sabe que pese a repetir en diversas ocasiones que la UE ha progresado en la cuestión migratoria, en especial desde el pico de la tragedia en 2015 que desató una de las mayores crisis políticas de la Unión, todavía queda mucho por hacer y que ya será responsabilidad de la nueva Comisión Europea que arranca el 1 de noviembre bajo la presidencia de Ursula von der Leyen. «Tanto la seguridad como la migración han estado continuamente en la cima de las agendas políticas europeas y mundiales durante los últimos cinco años», dijo el comisario. «En general, la situación ha vuelto a los niveles anteriores a la crisis, pero debemos permanecer atentos», dijo Avramopoulos en rueda de prensa.

Reparto obligatorio

«No estamos donde estábamos hace cinco años, lo que demuestra que hemos cumplido. Los flujos han disminuido, nuestras fronteras están mejor protegidas. Hemos creado nuevos mecanismos y hemos reforzado las agencias existentes como Europol y Frontex. Frontex no es lo que era antes», dijo el comisario saliente en una reciente entrevista en Euronews. Aún así, es evidente que el fracaso del reparto obligatorio de refugiados de hace un par de años será uno de los puntos negativos de la legislatura que se cierra.

La tarea de asumir la labor migratoria la liderará la sueca Ylva Johansson, designada para la cartera de Interior en la próxima Comisión, prometió recientemente escuchar a los Estados miembros de la UE para acercar posiciones y elaborar un nuevo pacto de inmigración y asilo que resuelva el bloqueo en la política migratoria. Ella sabe que la gestión de los flujos migratorios requiere medidas dentro de la UE y en sus fronteras exteriores, y también más allá de su territorio. La UE debe entablar una cooperación sistemática con sus países socios.

Johansson se encargará de la cuestión turca, un aliado clave en la cooperación del manejo de la migración. La Unión Europea apeló por continuar la implementación del Acuerdo UE-Turquía, como constató su reciente viaje al país, dado que «todas las partes siguen plenamente comprometidas a seguir aplicando la Declaración UE-Turquía: esta es una responsabilidad compartida que tanto la UE como Turquía seguirán cumpliendo», dijo Avramopoulos.

El número de muertos en el Mediterráneo este año es más bajo que en años anteriores por estas fechas (superó las 5.000 víctimas mortales en 2016, el peor años de los seis estudiados), aunque según la OIM ello no se debe al aumento de la seguridad en las rutas sino a la reducción del flujo de migrantes. La organización estima ya en 1.041 a los fallecidos en el Mediterráneo en lo que va de año, y a más de 15.000 a los muertos en esa zona en los últimos seis años.

El  futuro de las políticas migratorias está en juego siendo el tema que ha llevado a Europa a atravesar un momento existencial y que según muchos es el principal tema político incluso más importante que la crisis económica. Desde Bruselas dicen que la responsabilidad compartida y la solidaridad es el pilar sobre el que se sustentan las negociaciones.  Queda por ver cuántos Estados miembros se unirán al final esfuerzo colectivo «pero espero que cuantos sean posible», dijo el comisario europeo.

Lo último en Internacional

Últimas noticias