El PSUV nombra al dictador Maduro su candidato para las presidenciales
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha proclamado este viernes al actual mandatario, Nicolás Maduro, como su candidato a las elecciones presidenciales que, según ha determinado la Asamblea Constituyente, deberán celebrarse antes del 30 de abril de este año.
Así lo ha anunciado el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, en el congreso nacional que ha celebrado la formación política. «Vamos a ganar, no tengo ninguna duda», ha afirmado, si bien al mismo tiempo ha anticipado que «los problemas no acabarán» con la reelección de Maduro, por lo que se ha referido a 2018 como «un año de definiciones».
Maduro, por su parte, ha aceptado la nominación presidencial «para llevar a Venezuela a lo más grande, para su recuperación total». «¡Junto al corazón del ‘chavismo’, con amor, recibo esta postulación! Sé que juntos lograremos la victoria», ha sostenido en Twitter.
El mandatario se ha mostrado tan seguro de que conseguirá la reelección que ha confesado que está «deseoso» de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) fije la fecha de la votación. «Quiero salir a la calle a dar batalla», ha declarado, según informa la cadena local Globovisión.
Maduro ha avanzado que durante su próximo Gobierno la prioridad será «el despegue definitivo y la consolidación de un nuevo modelo económico», en palabras de la agencia de noticias oficial, AVN, para liberar al país de la dependencia del petróleo, detonante de la actual crisis.
La designación de Maduro como candidato presidencial no ha sido ninguna sorpresa porque el PSUV ya había anunciado su intención de que el líder bolivariano repitiera en las urnas. El presidente llegó al cargo en 2013, tras la muerte de Hugo Chávez, pero después validó el cargo derrotando al opositor Henrique Capriles en los comicios de ese mismo año.
La Mesa de Unidad Democrática (MUD) —coalición opositora— todavía no tiene abanderado. De hecho, en un principio no tiene permiso para presentarse a las elecciones. Las riñas de estos años entre los partidos políticos que la forman ha generado una profunda brecha que ahora dificulta el consenso para elegir a un candidato.