Los Hermanos Musulmanes denuncian el «asesinato» del ex presidente Mursi

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Los Hermanos Musulmanes, la organización islamista a la que pertenecía el expresidente egipcio Mohamed Mursi, fallecido este lunes, ha denunciado que su muerte es un «auténtico asesinato» y ha hecho un llamamiento a sus simpatizantes a participar masivamente en su funeral.

En un comunicado publicado en su web, Hermanos Muslmanes convoca además a sus afines en el resto del mundo a concentrarse frente a las embajadas de Egipto.

En la misma línea, el partido islamista Partido Libertad y Justicia, ilegal en Egipto al igual que Hermanos Musulmanes, ha responsabilizado a las autoridades egipcias de la «muerte lenta y deliberada» de Mursi. «Le pusieron en aislamiento (…), retuvieron su medicación y le dieron comida repugnante (…) no le respetaron ni los más básicos derechos humanos», se ha lamentado la formación, considerada el brazo político de Hermanos Musulmanes.

Los que fueran ministros de Planificación y Cooperación Internacional y de Inversiones con Mursi, Amr Darrag y Yehia Hamed, han pedido una investigación internacional e independiente de la muerte de Mursi. «El régimen egipcio sabía que al negarle el acceso a tratamiento médico provocaría su muerte prematura. Por eso la muerte del presidente Mursi supone un asesinato del Estado», han apuntado en un comunicado recogido por la televisión panárabe qatarí Al Yazira.

«El primer presidente elegido democráticamente ha muerto tras una campaña coordinada y activa del régimen egipcio. Es una flagrante violación del Derecho Internacional No se puede permitir», han añadido.

Mohamed Sudan, dirigente de Hermanos Musulmanes, el grupo islamista al que pertenecía Mursi, ha calificado la muerte de Mursi de «asesinato premeditado» porque se le negaron las visitas médicas y apenas había información sobre su estado de salud.

«Le pusieron tras una jaula de cristal (en los juicios). Nadie podía escucharle o saber lo que le pasaba. No ha recibido visitas desde hace meses, casi un año. Se ha quejado antes por la falta de las medicinas que necesita. Esto es un asesinato premeditado. Es una muerte lenta», ha apuntado Sudan desde Londres.

Mursi, de 67 años, se convirtió en 2012 en el primer presidente electo del país, después de imponerse en los comicios celebrados tras la caída de Hosni Mubarak un año antes, y fue derrocado en 2013 en un golpe de Estado militar.

Tras su salida del cargo, fue detenido y juzgado por numerosos casos –en uno de ellos llegó a ser condenado a muerte– que él rechazó y describió como una campaña política en su contra.

Mursi tenía al menos seis causas pendientes y llevaba casi seis años en la cárcel por casos como el que le implica en la muerte de manifestantes durante las protestas opositoras. Además, fue condenado a cadena perpetua por espionaje vinculado con Qatar. En su periodo en prisión, solo se le han permitido tres visitas familiares.

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