Cónclave Papal

Gammarelli, la sastrería de los Papas: alta costura eclesiástica para vestir al Pontífice recién elegido

Desde el Beato Pío IX, elegido en 1846, Gammarelli ha confeccionado las vestimentas de los todos Papas

En el cónclave preparan tres juegos completos de paramentos papales (sotana, fajín y solideo) en distintas tallas

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Gammarelli, la sastrería de los Papas, en Roma, y Annibale Gammarelli.
María Ruiz
  • María Ruiz
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En el corazón de Roma, a pocos pasos del majestuoso Panteón, hay un pequeño establecimiento que guarda una historia tan rica como las telas que atesora: la sastrería Gammarelli. Conocida como la sastrería de los Papas, esta tienda familiar ha vestido a pontífices, cardenales y sacerdotes durante más de dos siglos, convirtiéndose en un símbolo de tradición y excelencia en la vestimenta eclesiástica.

Su dirección, Vía Santa Chiara 34, es un punto de referencia no sólo para clérigos de todo el mundo, sino también para quienes buscan recorrer la artesanía que ha definido la imagen externa de la Iglesia católica.

El origen de Gammarelli se remonta a 1798, cuando Giovanni Antonio Gammarelli fundó la sastrería bajo el pontificado de Pío VI. En una época marcada por cambios políticos y religiosos, Giovanni Antonio vio una oportunidad en atender las necesidades del clero romano, un oficio que pasaría de generación en generación. Tras su muerte, su hijo Filippo tomó las riendas, y más tarde, su nieto Annibale Gammarelli dio un impulso significativo al negocio. Fue este Annibale quien, en 1874, trasladó la tienda a su ubicación actual, en el Palacio de la Pontificia Academia Eclesiástica, consolidándola como un referente. Sus hijos, Bonaventura y Giuseppe, decidieron honrarlo nombrando el taller Ditta Annibale Gammarelli, un nombre que perdura hasta hoy.

Vestimentas eclesiales de Gammarelli, la sastrería de los Papas, en su web.

Desde el Beato Pío IX, elegido en 1846, Gammarelli ha confeccionado las vestimentas de los Papas, un privilegio que abarca a figuras como Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Pero su labor no se limita a los pontífices: miles de sacerdotes y cientos de obispos y cardenales han lucido sus creaciones. Una de las tradiciones más emblemáticas de la sastrería ocurre durante los cónclaves, cuando preparan tres juegos completos de paramentos papales -sotana, fajín y solideo- en tallas pequeña, mediana y grande para el Papa recién elegido. Esta práctica asegura que, sea cual sea la estatura del nuevo pontífice, pueda vestir las prendas blancas distintivas al salir al balcón de San Pedro, un momento que marca el inicio de su pontificado ante el mundo.

Gammarelli
El solideo y los zapatos rojos para Papas anteriores a Francisco, de Gammarelli.

La anécdota de Juan XXIII

Una anécdota que ilustra esta tarea se remonta a 1958, cuando Juan XXIII apareció con una sotana sujeta con alfileres porque ninguna de las tres tallas le ajustaba perfectamente. Annibale Gammarelli, de la quinta generación, comentó alguna vez que Juan XXIII, por su corpulencia y gusto por telas ligeras, desgastaba rápidamente sus sotanas, mientras que Pablo VI, más austero, usaba las mismas prendas durante años. Estas historias reflejan no sólo la personalidad de los pontífices, sino también la adaptabilidad de la sastrería a sus necesidades.

La tienda, con su fachada discreta y su interior acogedor, es más que un taller: es un museo viviente. Las vitrinas exhiben no sólo las vestimentas papales, sino también accesorios como los famosos zapatos rojos -en desuso por Francisco- o las capas pluviales bordadas a mano. Durante las fiestas navideñas o los cónclaves, el escaparate de la sastrería Gammarelli atrae a curiosos y peregrinos, quienes observan las prendas expuestas como preludio de eventos históricos. La familia, consciente de su legado, sigue trabajando con las mismas técnicas artesanales: cortes precisos, telas de alta calidad como la seda y la lana, y un ojo atento al detalle que trasciende modas pasajeras.

Hoy, bajo la sexta generación -liderada por Stefano Paolo y sus primos Maximillian y Lorenzo tras la muerte de Annibale en 2016-, Gammarelli sigue siendo un bastión de la «alta costura» eclesiástica. Sus 50 metros cuadrados, revestidos de roble y decorados con fotos de Papas, son un testimonio vivo de una tradición que, desde 1798, viste a la Iglesia con elegancia y devoción, tejiendo su legado en cada puntada.

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