El futuro incierto de Erdogan ante las reñidas elecciones en Turquía

Las encuestas abren la puerta a una victoria del opositor a Erdogan tras 20 años en el poder

Erdogan manifiesta su intención de mejorar la relación con la OTAN

Erdogan Turquía
Elecciones en Turquía. (AFP)
María Ruiz
  • María Ruiz
  • Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.

Las elecciones en Turquía del próximo domingo tienen una enorme relevancia, por supuesto, para los habitantes del país liderado las dos últimas décadas por un incombustible Recep Tayyip Erdogan, pero también para la Unión Europea y para el equilibro de fuerzas internacional.

Por primera vez en 20 años, las encuestas dan una oportunidad a un candidato que no es Erdogan, del islamoconservador AKP. Se trata del socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, del laico CHP, a quien los sondeos de este jueves le hacen arañar algún puñado de votos más que al actual presidente. La prensa turca asegura, tras conocerse estas encuestas, que si esa victoria no fuera suficiente para ganar, el candidato de centroderecha al menos podría forzar una segunda vuelta. El ejemplo más evidente de la pérdida de confianza del electorado en Erdogan son el 43,7% de los votos que le dan a Kiliçdaroglu algunos sondeos, frente al 49,3% de los fieles al actual presidente.

Otro indicio de las malas previsiones con que afronta el partido de Erdogan las elecciones es la movilización social de su Gobierno para anunciar medidas que hagan levantar una economía muy dañada que ya ha perdido la alegría recuperada tras la pandemia de covid. Su PIB ha pasado de 11% de 2021 al 5,6% de 2022. Para revitalizarlo y también para levantar esas encuestas, el Gobierno ha prometido un aumento del salario mínimo, un megaproyecto de viviendas sociales, suprimir el impuesto sobre la renta para los salarios mínimos y subvenciones al crédito. De hecho, este pasado martes anunció una subida del 45% del salario mínimo para 700.000 funcionarios.

Si gana el opositor, se convertirá en el decimotercer presidente de la república turca, que este año cumple un siglo, al suceder a Erdogan, el mandatario más longevo desde la caída del Imperio Otomano.

En realidad, concurren cuatro candidatos:

– Recep Tayyip Erdogan: es el actual presidente de Turquía y líder y fundador del AKP. Dirige el país desde el 2002 y representa a la Alianza Popular, dominada por su partido. El AKP es socialconservador y combina islam con democracia, mientras que el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) es del ala dura de la derecha y contrario a cualquier concesión a los kurdos. Por su parte, el Partido de la Gran Unidad (BBP) es ultranacionalista e islamista suní y del ala dura de la derecha, y el Nuevo Partido del Bienestar (YRP) es islamista, antisionista y euroescéptico.

Kemal Kiliçdaroglu: lidera el Partido Republicano del Pueblo (CHP) y la Alianza Nacional, una coalición de ideologías dispares para echar a Erdogan. Busca restaurar el parlamentarismo, el laicismo, la democracia y frenar las reformas económicas actuales. El CHP lo fundó Mustafá Kemal Atatürk, el padre de la Turquía moderna; es de centroizquierda y socialdemócrata. También están en la coalición el Buen Partido, el Partido Democracia y Progreso, el Partido del Futuro, el Partido de la Felicidad y el Partido Demócrata, que combinan ideas liberales, conservadoras, islamistas, nacionalistas y proeuropeas.

Kemal Kiliçdaroglu, principal rival de Erdogan

Sinan Ogan: lidera la Alianza Ancestral, de partidos ultranacionalistas, antiinmigración y panturcos. Es un político nacionalista y ex miembro del ultraderechista MHP.

-Muharrem Ince: es el fundador del Partido de la Patria, que surgió como un movimiento social dentro del CHP y se convirtió en formación independiente en 2021.

Proceso electoral

Los dos favoritos están convencidos de que pueden obtener la victoria en una sola vuelta. Si ninguno de los candidatos a presidente consigue el 50% de los votos, el día 28 de mayo se celebrará una segunda vuelta. En Europa hay una cierta preocupación sobre la imparcialidad del proceso electoral y el «estado de la democracia» en Turquía. Así lo ha advertido el Consejo de Europa, que enviará 350 observadores, además de los designados por los partidos, a los 50.000 colegios electorales donde votarán 64 millones de turcos. Pero el vicepresidente del CHP y encargado de la seguridad electoral, se ha mostrado optimista. «No vivimos en una república bananera», ha declarado.

Según un diplomático que pidió mantenerse en el anonimato, Turquía está apegada al principio de las elecciones. «Incluso en los tiempos en que los militares daban un golpe de Estado cada diez años, ponían su poder en juego en las urnas», dijo a Afp. Pese a esto, Kiliçdaroglu pidió a sus partidarios «quedarse en sus casas» en caso de victoria, por miedo a que estallen enfrentamientos.

Hoy por hoy, la omnipresencia de Erdogan es inabarcable, sobre todo, en los medios de comunicación: el Consejo Superior de Radio y Televisión (RTük), ha informado de que la televisión estatal TRT dio 32 horas de cobertura en directo a los discursos presidenciales frente a los 32 minutos a Kiliçdaroglu los primeros días de campaña.

Europa, EEUU, Rusia y Oriente Medio tienen sus ojos puestos este domingo en Turquía porque se juegan mucho: Estambul es el epicentro de un mundo dividido por la guerra en Ucrania, Siria y los intereses económicos y estratégicos que descansan en el Bósforo y los Dardanelos. La OTAN no acaba de fiarse de un socio que no se ha mostrado abiertamente en contra de Putin en la guerra y que incluso le ha hecho guiños. Este mismo viernes, Erdogan ha defendido a líder ruso de las acusaciones sobre una supuesta injerencia electoral de Moscú en Turquía en las elecciones presidenciales. Kemal Kilicdaroglu, el candidato opositor a Erdogan, acusó el jueves a activistas rusos, sin nombrarlos, de difundir «enormes bulos» y otras formas de desinformación para tratar de influir en el resultado del voto el domingo.

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