Felipe de Edimburgo: el consorte disciplinado marcado por la trágica muerte de su hermana y la esquizofrenia de su madre

Felipe de Edimburgo: el consorte disciplinado marcado por la trágica muerte de su hermana y la esquizofrenia de su madre
Felipe de Edimburgo con su madre Alicia de Battenberg. @Gtres

Felipe de Grecia y Dinamarca (Corfú, Grecia, 1921) ha muerto a los 99 años de edad en el Castillo de Windsor. Sexto en la línea de sucesión al trono griego, sin embargo, como es bien sabido, el apuesto marido de la reina Isabel II de Inglaterra jamás llegaría a ocupar la silla regia helena porque toda la familia salió del país camino del exilio y jamás volvería, ya que su padre, el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca fue acusado de traición. 

El tiempo del Duque de Edimburgo en Grecia fue muy corto. Primero se instaló con su familia en París, aunque finalmente se trasladaría con su abuela materna y su tía, Victoria Mountbatten, marquesa viuda de Milford Haven, y George Mountbatten, segundo marqués de Milford Haven.

Mientras, su padre permaneció en el sur de Francia y se instalaría finalmente en la ciudad de Mónaco. Por su parte, su madre, Alicia de Battenberg, fue internada en un sanatorio suizo en 1930 debido a su esquizofrenia; mientras que sus cuatro hermanas mayores se casaron con miembros de la aristocracia alemana.

Su formación, que correría a cargo de los Mountbatten, se llevaría a cabo en Gordonstoun School (Escocia) donde adquiría una férrea disciplina donde el deporte al aire libre tendría un gran peso, un aspecto que trataría de inculcar a su hijo, Carlos de Inglaterra. 

A pesar de su vida privilegiada, Felipe de Edimburgo también vivió grandes tragedias como la muerte de su hermana Cecile en un accidente de avión junto a su esposo y sus dos hijos. Todos fallecieron cuando el piloto trataba de hacer un aterrizaje de emergencia, después de que Cecile se pusiera de parto en pleno vuelo. Con respecto a esto, uno de sus compañeros comentó: «Su dolor era el de un hombre».

Justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, se unió a la Royal Navy y se graduó como el mejor de su clase en el Royal Naval College de Dartmouth. Conoció a su futura esposa, y prima tercera, la princesa Isabel en 1934, cuando ella tenía 13 años y él 18. Comenzó a mantener correspondencia con ella cinco años después, y en julio de 1947 el rey Jorge VI le concedió permiso para pedirle su mano.

Se aceptó al hijo de la princesa Alicia de Battenberg. Eso sí, antes de que se anunciara el compromiso, se le pidió que abandonara sus títulos griegos y daneses, así como que se convirtiera en ciudadano británico naturalizado y adoptara el nombre de sus abuelos Mountbatten para que no quedara ni rastro de sus ancestros alemanes.

Sus hermanas no asistieron al enlace real

Finalmente, la pareja se casó el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster. Cabe destacar, además, que ninguna de sus hermanas asistieron a la boda, ya que el sentimiento anti-alemán era altísimo y todas ellas estaban casadas con aristócratas alemanes.

Su padre murió en 1944, por lo que también estuvo ausente. Sin embargo, su madre asistió vistiendo su hábito de monja, habiendo comenzado a ejercer de religiosa en el continente. Los recién casados ​​vivieron en el extranjero durante dos años, desde 1949 hasta 1951, en Malta, concretamente en Villa Guardamangia, mientras Philip estaba sirviendo en la Marina.

Tenían una vida feliz, así al menos lo comentan las crónicas de la época, pero la pareja tuvo que regresar a Reino Unido de manera inmediata para que la joven Isabel se hiciera cargo de uno de los tronos más importantes del Viejo Continente. 

Entusiasta de los deportes

El Duque de Edimburgo, el consorte real con más años de servicio, era conocido por ser un entusiasta entusiasta de los deportes, además de tener un sentido del humor seco, algo que con frecuencia le acarreó más de un problema. Aún resuena en la memoria de todos sus enfrentamientos con la prensa como, por ejemplo, aquella vez que bajó del avión en Gibraltar y dijo que no diferenciaba entre los monos y los periodistas.

Se retiró de los deberes reales oficiales el 2 de agosto de 2017 a los 96 años. Desde entonces se le ha visto en ocasiones contadas, una de las más recientes fueron las bodas de sus nietos. La del Príncipe Harry (mayo de 2018), la Princesa Eugenia (octubre de 2018) y la Princesa Beatriz (julio de 2020). Su última aparición en público fue el pasado 16 de marzo, cuando tras un mes ingresado recibió el alta y le trasladaron al palacio de Windsor. Su fotografía sentado en el asiento trasero de un coche, con una apariencia desgastada, dio la vuelta al mundo.

Adiós a uno de los hombres más elegantes del mundo británico, con permiso de su tío político, el Duque de Windsor.

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