Decenas de miles de británicos se manifiestan en Londres contra el Brexit al grito de «UE te quiero»

Decenas de miles de británicos han tomado este sábado las calles de Londres para reivindicar una reflexión sobre las consecuencias de la victoria del Brexit en el referéndum del pasado 23 de junio. Coreando consignas como «Esperanza en lugar de odio» y «UE te quiero» la bautizada como ‘Marcha por Europa’ ha reivindicado que son la mitad de los habitantes del país. «Somos el 48%», gritaban en defensa de los que optaron por la permanencia de su país en la Unión.

La marcha ha recorrido las calles desde el Park Lane, a través de Hyde Park, hasta la plaza de Westminster exigiendo una reconsideración de los resultados del referéndum e invitando al Parlamento británico a no olvidar las necesidades de las generaciones más jóvenes que en su mayoría votaron para permanecer en la UE.

Nueve días después del referéndum que decidió el Brexit, la larga marcha comenzó su recorrido poco antes de las 12.00 hora británica (13.00 hora peninsular española) en el centro de Londres.

Cientos de banderas de la Unión Europea salpicaban la marcha, en la que había pancartas en las que podía leerse eslóganes como «Breverse» (aludiendo a la reversión de la decisión), «El Brexit es una estupidez» o «La campaña del ‘leave’ [marcharse] ha mentido».

La esperanza es conseguir que el Parlamento atienda los más de cuatro millones de firmas que ya han solicitado que se convoque un segundo referéndum antes de que se active el Artículo 50 de los Tratados Europeos, el que regula las condiciones para que un país se desligue de la UE.

«Quiero que nos quedemos en la Unión Europea. Podemos hacer algo mientras el artículo 50 no sea activado», declaró a la AFP uno de los presentes, David. «Hemos tomado la decisión equivocada por las mentiras de la campaña proBrexit. Quiero que revisemos nuestra decisión», explicaba Casey, de 37 años, que portaba una corona de flores amarillas y azules por los colores de la bandera de la UE.

Muchos de los presentes admitían que, en realidad, el voto en el referéndum fue más un castigo al actual Gobierno del conservador David Cameron que un apoyo a la salida del país de Unión. Es una interpretación en parte interesada, pero si atendemos a las condiciones en que se desarrolló la campaña, con pocos mensajes positivos explicando las ventajas de la permanencia, y demasiada campaña del miedo por parte de unos gobernantes sin demasiada credibilidad –manchados por su política de recortes y por un empeño histórico por culpar a la inmigración europea de todos los males de Reino Unido–, puede ser que sea cierto lo que decía en la marcha Nicholas Light, un anciano de 82 años: «Todo el mundo sabe que, en caso de haber un nuevo referéndum, votaríamos por la permanencia. Decenas de miles de personas no votaron por salir o quedarse en la UE, sino contra Cameron».

Los sondeos ahora no se creen el Brexit

Según una encuesta de Ipsos Mori para la BBC, el 16% de los británicos que votó en la consulta cree que Reino Unido se quedará en la UE y el 22% no sabe si el país finalmente saldrá. Asimismo, el 48% de los votantes cree que debe haber elecciones legislativas antes de que comiencen las negociaciones de salida con la Unión Europea.

Además, si Cameron logró su permanencia como líder de los Tories gracias a su cesión a los euroescépticos del partido con su promesa de convocar este referéndum, ahora la carrera por su sucesión se juega precisamente en el tablero opuesto. Los ministros Theresa May (Interior) y Michael Gove (Justicia), ambos aspirantes a tomar el lugar del actual inquilino del 10 de Downing Street, han anunciado que su intención es no enviar la carta a las instituciones europeas con la activación del Artículo 50 hasta finales de 2016 o incluso en 2017.

Aunque el sucesor de Cameron debe ser nombrado el 9 de septiembre, hay quienes, desde el partido conservador, piden que se instale a Theresa May al frente de la formación, sin esperar al voto de los 150.000 militantes.

Realmente, no existe un plazo tasado en  ningún texto legal que obligue a Londres a iniciar el proceso en ninguna fecha, a pesar de que los presidentes de la Comisión, Jean-Claude Juncker, del Europarlamento, Martin Schulz, y del Consejo, Donald Tusk, han urgido a Reino Unido a hacerlo cuanto antes.

El mismo presidente de la República Francesa, François Hollande, ha rechazado las intenciones de May y Gove de dilatar la decisión. «La decisión del Brexit ha sido tomada, y no puede ser aplazada o anulada», ha repetido en varias comparecencias Hollande.

Otro de los líderes conservadores con intención de heredar el puesto de Cameron, el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, propuso esta semana que al nuevo primer ministro que tome posesión el 9 de septiembre, se le dé la ocasión de renegociar con la Unión Europea la retoma del control de las fronteras por parte de Londres antes de convocar un nuevo referéndum.

Pero esa idea también ha sido rechazada por la canciller alemana Angela Merkel, quien se ha mostrado inflexible con Reino Unido: «La negociación con Londres no será una negociación a la carta. No podrán contar con la libertad de movimientos para sus mercancías sin la libertad de movimientos para las personas».

Isabel II no cita el Brexit en el Parlamento escocés

Por su parte, la reina Isabel II abrió este sábado por la mañana la quinta sesión del parlamento escocés sin hacer la mínima alusión al Brexit durante su discurso. Sin nombrarlo expresamente, la reina se ha limitado a pedir a los líderes británicos que ejerzan «un verdadero liderazgo» y piensen «en profundidad y con calma en tiempos de turbulencia».

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, se contentó con cerrar su intervención lanzado el mensaje de que Escocia seguirá «jugando su rol en una Europa más fuerte».

El 62% de los escoceses votaron a favor de quedarse en la UE el pasado 23 de junio y Sturgeon ha puesto sobre la mesa la posibilidad de una nueva consulta sobre la independencia de la nación.