Castro amenaza a Trump: «Cuba no aceptará un cambio de condiciones» en el deshielo con EEUU

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Raúl Castro, durante la inauguración del séptimo congreso del PCC. (Reuters)

El 17 de diciembre de 2014 cambió el rumbo de la historia. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el mandatario de la dictadura cubana, Raúl Castro, comparecieron públicamente por separado para anunciar al mundo que sus países iniciaban «una nueva etapa» de relaciones. Tras más de 50 años de bloqueo y hostilidades, y a iniciativa de Washington, se daba paso a «una nueva visión» ya que la vigente, según dijo Obama, «no había dado resultados». Este sábado, Castro ha advertido, a través del diario oficial del régimen comunista, Granma, de que sólo aceptará mantener las relaciones diplomáticas con EEUU –reanudadas en agosto de 2015– si ambos países se entienden «en términos de igualdad, sin condicionamientos, y con independencia».

Cuando se cumplen dos años de aquel punto de inflexión en la política exterior estadounidense y de aquel rayo de esperanza para los cubanos, el dictador comunista ha amenazado a Donald Trump, quien sustituirá en menos de un mes a Obama en la Casa Blanca. El castrismo responde con desafíos al presidente electo, que criticó durante la campaña electoral «el malísimo acuerdo» sellado por Obama «con una dictadura comunista y a cambio de nada». Así, Castro ha afirmado que «Cuba jamás aceptaría condiciones distintas», según publica el diario oficial Granma.

«Durante el último medio siglo, [Cuba] ha demostrado en sobradas ocasiones que no está dispuesta a traicionar los principios y valores en los que cree firmemente y el sacrificio compartido por millones de personas desde el inicio de sus gestas independentistas hasta hoy, por cuantiosos que puedan ser los beneficios», ha defendido Castro.

Desde el inicio del llamado ‘deshielo’, Estados Unidos ha ido abriendo la mano a las relaciones económicas y comerciales con la isla, mientras la represión de la dictadura no dejaba de ser cada vez más insistente, según denuncian los opositores democráticos.

Pero desde su elección a la Casa Blanca, Trump condicionó la continuidad del proceso a un acuerdo mas ventajoso para Washington, que implique unas verdaderas concesiones políticas de La Habana.

Aceptar condicionamientos «sería también dejar a un lado a todos aquéllos que ven en Cuba un símbolo de la resistencia y dignidad de América Latina y el Caribe», añade adió Castro en Granma.

A pesar de la vigencia del embargo y de la posesión estadounidense de la base naval de Guantánamo, el periódico indicó que la normalización ha rendido frutos en diferentes áreas, aunque menores en la economía por las fuertes restricciones aún vigentes.

El impacto de la aproximación alcanza a la población, detalla el diario. «Al cierre del mes de noviembre del 2016, un poco más de 233.000 norteamericanos habían viajado a la Mayor de las Antillas, para un incremento del 66% en comparación con igual periodo del año 2015», agregó Granma. También «más de 260.000 cubanos residentes en Estados Unidos viajaron a su país entre enero y noviembre del 2016, para un aumento del 6%», concluye el periódico oficial del régimen comunista.

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