La foto de Sánchez en la Casa Blanca tiene un precio: España acogerá a miles de inmigrantes ilegales
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La ansiada foto de Pedro Sánchez con Joe Biden saldrá cara todos los españoles. La hora de reunión entre los dos dirigentes y la foto de rigor posterior será, sin embargo, muy beneficiosa para el presidente estadounidense que se mostrará a la opinión pública de su país con el salvavidas español para aliviar parte de la crisis migratoria que tiene encima tras el levantamiento de las medidas que impedían las solicitudes de asilo desde los tiempos de la pandemia hasta este jueves.
El precio que ha tenido que pagar el presidente socialista para que Biden le abra las puertas del despacho oval es sustancial. A partir de la semana que viene, inmigrantes ilegales de la región iberoamericana que no sean asumidos por EEUU en los centros de procesamiento de Guatemala y Colombia podrán ser desviados hasta España.
Según fuentes del gobierno colombiano, el número de solicitudes que esperan procesar al mes es de 5.000 que podrían venir fundamentalmente del país gobernado por el comunista Gustavo Petro y de países vecinos como Ecuador, Brasil, Perú, etc. En el caso de Guatemala, los miles de solicitudes que se esperan encontrar para ser recibidos en España podrían proceder del área de Centroamérica, especialmente Costa Rica, Honduras o El Salvador.
De los países gobernados bajo el yugo dictatorial como Cuba, Nicaragua o Venezuela, EEUU sí que ha mostrado su disposición a abrir la mano a las solicitudes de asilo para aquellos perseguidos políticamente por los regímenes de esos países.
Ni el gobierno estadounidense ni el español han hablado de la cifra de inmigrantes irregulares que podrían ser enviadas a suelo español, pero podrían ser miles ante la situación de crisis política y humanitaria que se vive en muchos de esos países. No obstante, el gobierno español ha tratado de salir en la últimas horas al paso de las informaciones publicadas en OKDiario y medios estadounidenses para asegurar que será una migración ordenada y de carácter circular como la existente en la actualidad de la que se han beneficiado, según datos del Gobierno español, 2.000 personas.
Sin embargo, esas cifras distan de ser reales posteriormente porque ese es el número que ha estado vigente sin la existencia de acuerdo con EEUU y estaba asentado a través de acuerdos bilaterales con cada uno de los países afectados.
De hecho, un dato que no anima al optimismo por la gravedad de la ascendente crisis migratoria que Biden tiene encima es que de los centros de procesamiento de inmigrantes que se anunció para Guatemala y Colombia en abril, el Departamento de Estado ha dicho que al final habrá 100 repartidos por toda Iberoamérica que contarán con más de 140 funcionarios federales, funcionarios de la Organización Internacional para las Migraciones y del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados «que servirán parra dirigir a los inmigrantes hacia vías legales en las primeras etapas de su viaje» y evitar que lleguen a México y, por tanto, a la frontera con EEUU.
Con todo ello, la foto de Sánchez con Biden llega en el momento más inoportuno para el presidente español que aspiraba a convertir ese momento como la instantánea perfecta de arranque de campaña del 28-M. Los medios de comunicación estadounidenses, de hecho, están difundiendo la versión de la Casa Blanca: Sánchez viene para concretar la deportación de inmigrantes a España.