Berlusconi se retira de la carrera por la presidencia de Italia y dice que no apoyará a Draghi

Berlusconi ingresado
Silvio Berlusconi (Foto: AFP).
Rafael Gallego

Silvio Berlusconi ha renunciado a competir por el último objetivo que le quedaba en vida anunciando este sábado que se retira de la carrera por alcanzar la presidencia italiana. A dos días que que arranque la elección por suceder a Sergio Mattarella en el Quirinal, Il Cavaliere ha aceptado que no tenía opciones de ser presidente de la República a sus 85 años de edad y ha anunciado su retirada. Lo ha hecho, eso sí, con recados, explicitando su negativa a apoyar al que es el máximo favorito, el actual primer ministro, Mario Draghi.

Berlusconi lo ha anunciado mediante un comunicado tras constatar que no le salían los números, después de haberse movido durante las últimas semanas en pos de conseguir este último objetivo vital, incluyendo grandes anuncios en la prensa. Pero los últimos cálculos explicaban que Berlusconi contaba 453 de los 1.009 miembros -entre diputados, senadores y representantes regionales- que decidirán quién sucede a Sergio Mattarella en la Presidencia a partir de febrero.

«He decidido dar un paso más en el camino de la responsabilidad nacional y he pedido a quienes lo han propuesto que dejen de apoyar mi nombre para la Presidencia de la República» pese a que «había números suficientes para la elección», algo que «me honra y me conmueve», ha explicado el empresario y ex primer ministro en su comunicado.

Estaba previsto que Berlusconi participara en una reunión virtual celebrada este sábado para concretar al candidato de centroderecha, pero en su lugar se ha conectado una de sus fieles, Licia Ronzulli, quien ha leído un comunicado en el que explica que Il Cavaliere ha decidido dar «un paso atrás».

La cuestión Draghi

El partido de Berlusconi, Forza Italia, se sumará así a la propuesta que consensúen los demás partidos, «alguien que esté a la altura de la situación», aunque ha descartado para ello al primer ministro del gobierno de concentración, Mario Draghi, que «debe permanecer en el Palacio Chigi» y «terminar el trabajo».

De hecho, cada vez surgen más las voces que piden que Mattarella amplíe su mandato como presidente de la República, algo que ya sucedió en el caso de su antecesor, Giorgio Napolitano. Al mismo tiempo, el hecho de que Draghi abandonase su condición de primer ministro para asumir la presidencia abriría una crisis en el Gobierno transalpino, toda vez que su figura de consenso ha sido la única capaz de calmar las aguas tras la tumultuosa convivencia entre los partidos extremistas del Movimiento 5 Estrellas y la Liga al frente del país.

De vuelta al comunicado de Berlusconi, este reza que «he comprobado la existencia de números suficientes para acudir al colegio elector, pero después de una larga reflexión con ‘mi familia’ y los directivos de Forza Italia sobre mi candidatura, he decidido hacer un gesto de ‘responsabilidad nacional’ y retirarme de la carrera al Quirinal», ha explicado. Berlusconi ha explicado que seguirá «sierviendo» a su país «como líder político y como eurodiputado».

Tras el anuncio, el líder del partido de extrema derecha Liga, Matteo Salvini, ha elogiado esta «elección decisiva y fundamental», además «generosa». «Berlusconi hace un gran servicio a Italia y al centro-derecha, que ahora tendrá el honor y la responsabilidad de avanzar sin vetos en sus propuestas», ha apuntado.

El centroizquierda tendría 407 apoyos, según el recuento publicado el viernes por la cadena Rai. Estos números no bastan ni en las primeras tres rondas, cuando se necesita una mayoría de dos tercios (673), ni tampoco en la cuarta, cuando el umbral cae a la mayoría absoluta (505).

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