Los atacantes yihadistas formaban un grupo «multinacional y bien organizado»
Líderes de nacionalidad francesa basados en Bélgica y ayudados por las vías de refugiados abiertas desde Siria hasta el corazón de Europa a través de Grecia para culminar en una matanza: así se dibuja la criminal alineación de radicales que culminaron con éxito su plan en París el pasado viernes 13.
Los primeros esbozos apuntados por los investigadores apuntan a un grupo multinacional bien entrenado y organizado que habría recibido un definitivo apoyo gracias a la red tejida a través de Europa por las vías de refugiados llegados desde Siria y alrededores hasta los suburbios de Bruselas, entrando en Europa a través de la isla griega de Leros.
«Casi siempre que hay un problema, hay una relación con Molenbeek» reconoce el primer ministro belga
“El abyecto ataque se preparó lejos del continente, activando un grupo con base en territorio belga y con ayuda desde dentro de Francia” ha explicado el ministro de Interior francés Bernard Cazeneuve, quien ha reclamado una reunión urgente a nivel europeo para determinar las medidas de seguridad que necesitará el continente para enfrentarse a este tipo de amenazas en el futuro.
Cuatro terroristas de nacionalidad francesa
De los “ocho hermanos “ que el Estado Islámico se jactaba de haber enviado a provocar la matanza se conoce ya que cuatro tenían nacionalidad francesa, como es el caso de Omar Mostefai, un descendiente de inmigrantes argelinos y que, a sus 29 años, vivía en la localidad catedralicia de Chartres, al suroeste de París. Este individuo fue uno de los que murió por voluntad propia en el interior de la sala Bataclan.
Responde a un cuadro típico de yihadista francés, el de pequeño delincuente que de repente se radicaliza a gran velocidad y se separa de su círculo de amistades. Cita la prensa francesa que Mostefai fue muy influenciado por la visita en 2010 de un imán de Bélgica. Según Le Monde, Mostefai viajó a Siria en el invierno de 2013 a 2014 antes de regresar a Chartres.
Bélgica tiene un problema
Bélgica es el país de toda Europa que, proporcionalmente a su población, más ciudadanos tiene que hayan visitado Siria para participar en su guerra civil. Los suburbios de Bruselas se están convirtiendo en un peligroso foco de radicalización.
“Casi siempre que pasa algo, existe una relación con Molenbeek –complicado distrito de Bruselas-, es un problema gigante” ha reconocido el primer ministro de Bélgica, Charles Michel.
La vía siria, pero con dudas
Por otro lado, la conexión directa con Siria resulta muy sólida. Se había encontrado un pasaporte sirio cerca del cuerpo de uno de los suicidas cerca del Stade de France, de una persona registrada como refugiado el pasado mes tanto en Grecia como en Serbia, llegado desde la isla de Leros. Este hombre fue identidicado como Ahmad Almohammad, llegado desde la ciudad siria de Idlib.
El ministro griego de Migración Yannis Mouzalas había informado a las autoridades francesas de que este hombre podría ser uno de los terroristas. Ya en su día fuentes yihadistas habían filtrado a medios que estaban utilizando los flujos de migrantes para colar algunos de sus llamados ‘luchadores’ en Europa. Aunque también, apunta el ministro alemán de Interior Thomas de Maiziere, existe la posibilidad de que “ese pasaporte fuera introducido a propósito por el Estado Islámico para influir en el debate migratorio”.
El observador de ‘Human Rights Watch’ Peter Bouckaert ha escrito en Facebook que “esos pasaportes sirios falsos son muy fáciles de conseguir en Turquía y muchas veces son comprados por migrantes no sirios porque estos últimos tienen un tratamiento preferente durante su viaje” por Europa.