María Pita: la gallega que humilló a la Armada británica
Entre los nombres de mujeres que más hicieron historia, encontramos el de María Pita. Aquí te dejamos su historia.
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Cuando se habla de batallas navales del siglo XVI, casi todo el mundo piensa en la famosa Armada Invencible. Sin embargo, poca gente recuerda que al año siguiente los ingleses intentaron devolver el golpe con una expedición que pasó a la historia como la Contraarmada. Y ahí, en un rincón del Atlántico, una mujer común cambió el destino de miles de hombres. Se llamaba María Pita, y su nombre todavía resuena en A Coruña como símbolo de coraje.
El ataque inglés
En 1589, Francis Drake y a John Norris fueron enviados con una flota gigantesca: casi 180 barcos y más de 20.000 hombres. Querían arrasar Galicia, levantar a Portugal contra Felipe II y, de paso, demostrar que Inglaterra había tomado la delantera en el mar. El primer objetivo era sencillo: conquistar A Coruña.
La ciudad, aunque fortificada, era pequeña. Sus defensores eran soldados mal equipados y, sobre todo, vecinos y vecinas dispuestos a proteger sus casas. Entre ellos estaba María, una mujer casada con Juan Alonso de Rois, que nunca había imaginado que acabaría formando parte de una batalla legendaria.
Una ciudad sitiada
Los ingleses desembarcaron en mayo y tomaron rápidamente la parte baja de la ciudad. Lo que vino después fue un asedio brutal. La población civil resistía como podía: lanzaban piedras, aceite hirviendo o lo que tuvieran a mano desde las murallas. La lucha era desesperada, porque todos sabían que, si la ciudad caía, el saqueo y la destrucción serían inevitables.
María Pita combatía al lado de su marido, pero el destino fue cruel: él murió alcanzado por un proyectil. Lejos de rendirse, esa pérdida la impulsó a luchar con una determinación feroz.
El grito de María
En un momento decisivo, un alférez inglés logró escalar la muralla con la bandera de su compañía. Aquello significaba que los soldados ya podían entrar y que la ciudad estaba prácticamente perdida. Entonces, María se adelantó entre el caos, tomó una pica y lo derribó. Después, alzando la bandera enemiga, lanzó un grito que se hizo eterno:
“¡Quien tenga honra, que me siga!”
Ese grito no solo animó a los defensores; también desconcertó a los invasores. Ver a una mujer al frente de la resistencia, tras haber abatido al portaestandarte, fue un golpe moral que inclinó la balanza. A partir de ahí, los coruñeses redoblaron sus esfuerzos y lograron frenar la entrada del enemigo.
La retirada inglesa
Lo increíble es que la ciudad, que parecía condenada, resistió durante más de dos semanas. Al final, los ingleses, exhaustos y con grandes pérdidas, tuvieron que retirarse. La Contraarmada fue un desastre: murieron miles de hombres y los objetivos de Isabel I se desmoronaron.
Y en el centro de aquella victoria popular quedó la figura de María Pita, la mujer que había convertido la rabia personal en un grito colectivo de resistencia.
Reconocimiento y legado
Felipe II, al conocer lo ocurrido, premió a la ciudad con el título de “muy noble y muy leal” y concedió a María una pensión vitalicia. En un tiempo en el que las mujeres apenas tenían reconocimiento público, este gesto fue extraordinario.
Hoy, el corazón de A Coruña late en la Plaza de María Pita, donde se alza una estatua que la recuerda con la pica en alto. Cada verano, la ciudad organiza actos en su memoria, no solo para honrarla a ella, sino también a todos los vecinos anónimos que hicieron frente a un ejército mucho mayor.
Una mujer, una gesta
La historia de María Pita muestra cómo, en los momentos más oscuros, el valor individual puede encender la chispa de la esperanza. Ella no era reina ni militar, sino una mujer del pueblo, pero supo transformar su dolor en un gesto que inspiró a toda una ciudad.
Más de cuatro siglos después, su grito todavía emociona porque nos recuerda algo sencillo: la verdadera grandeza a menudo surge de la gente común. Y pocas veces una persona tan inesperada humilló de manera tan contundente a una de las flotas más temidas de la historia.
Otras mujeres importantes en la historia de España
Tres ejemplos muy distintos son Isabel la Católica, Clara Campoamor y María Zambrano.
- Isabel I de Castilla (1451-1504) es probablemente una de las reinas más conocidas. Su matrimonio con Fernando de Aragón unió dos coronas que acabarían dando forma a lo que entendemos por España. Fue una mujer de carácter fuerte y decisiones firmes, capaz de sostener el poder en una época complicada. No solo apoyó el viaje de Cristóbal Colón, también reforzó la autoridad de la monarquía en un país fragmentado.
- Muchos siglos después encontramos a Clara Campoamor (1888-1972), que luchó en un terreno muy diferente: el de los derechos. Como diputada durante la Segunda República, defendió con pasión el voto femenino. Gracias a su trabajo, las mujeres pudieron participar en las elecciones de 1933.
- Por último, está María Zambrano (1904-1991), filósofa y escritora, una pensadora que buscó unir razón y poesía. Vivió gran parte de su vida en el exilio, pero nunca dejó de reflexionar sobre la libertad y la identidad.
Estas tres mujeres, separadas por siglos pero unidas por su valentía, nos recuerdan que la historia también se escribe con la voz femenina.
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