La inteligencia artificial destapa lo impensable: una villa romana perdida resurge en España

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Blanca Espada

Lo que parecía un simple terreno agrícola en las afueras de León ha resultado esconder un pedazo de historia que nadie esperaba. Bajo esas tierras, cubiertas de vegetación y aradas durante generaciones, han aparecido los restos de una villa romana que parecía perdida. Y lo más curioso es que nadie ha tenido que excavar para encontrarla ya que el descubrimiento ha sido posible gracias a la combinación de tecnología LiDAR y sistemas avanzados de análisis digital. De este modo se puede decir que es gracias a la inteligencia artificial que se ha encontrado esta villa romana

Un aficionado a la arqueología, Mariusz Dawid, ha sido quien encontró la villa con los sistemas mencionados, gracias a los cuáles detectó formas extrañas en unas imágenes topográficas: líneas rectas, simetrías, patrones que no parecían naturales. De este modo, lo que en un principio fue simple intuición acabó confirmando algo mucho más grande. Las imágenes revelaron una construcción de origen romano, con muros, patios y hasta un posible balneario. Todo, oculto bajo la tierra desde hace casi dos mil años. Un hallazgo sorprendente que no sólo amplía el mapa arqueológico de la provincia, sino que también demuestra hasta qué punto la tecnología moderna está cambiando la manera de mirar el pasado.

La inteligencia artificial destaca una villa romana perdida en España

Según las primeras estimaciones, la construcción podría datar de entre los siglos I y III d. C. y pertenecer a una familia acomodada de la época. Lo más llamativo es la presencia de un balneario o thermae, algo que solo las clases altas podían permitirse. El complejo seguiría el esquema típico de las villas romanas: zonas de descanso, espacios privados y dependencias destinadas a la producción agrícola.

A simple vista, hoy no queda nada visible. Pero gracias al barrido láser, los investigadores han podido ver el subsuelo con una precisión casi quirúrgica. Las imágenes muestran los contornos de los muros, las divisiones interiores y la estructura general del conjunto. Todo apunta a que fue una de esas residencias rurales donde se combinaban el descanso y la gestión de tierras.

El hallazgo, aunque todavía pendiente de excavación, ha despertado el interés de los expertos, que ya preparan una fase de verificación sobre el terreno. Si los datos se confirman, León sumaría un nuevo punto en su mapa arqueológico, junto a otros enclaves romanos conocidos en la provincia.

Cómo la IA y el LiDAR han cambiado la arqueología

El LiDAR, una tecnología que lanza pulsos de luz desde el aire para medir el relieve del terreno, ha sido clave en este hallazgo. Con ella se pueden obtener imágenes en tres dimensiones tan precisas que revelan incluso lo que el ojo no ve. Al analizar esos datos con programas de procesamiento digital, los investigadores logran limpiar visualmente la superficie (eliminando árboles, cultivos o desniveles) hasta dejar al descubierto las formas que se esconden debajo: muros, caminos antiguos o restos de construcciones enterradas durante siglos.

Eso fue justo lo que hizo Dawid. Utilizó datos públicos y los procesó con algoritmos capaces de detectar patrones repetidos en el relieve. Comparó esas imágenes con registros de otras villas romanas conocidas y, poco a poco, el software empezó a dibujar líneas rectas y ángulos que no podían ser fruto del azar. En otras palabras, la inteligencia artificial vio lo que el ojo humano no alcanzaba a notar.

Lo más interesante es que el descubrimiento no requirió una expedición ni grandes medios económicos. Todo se hizo de forma digital, desde casa. Esto demuestra que la arqueología digital está acercando el conocimiento a cualquiera con curiosidad y rigor. Algo impensable hace solo unos años.

Una nueva forma de mirar el pasado

La arqueología vive un momento de cambio. Hasta hace poco, los descubrimientos dependían de excavaciones largas, costosas y a veces destructivas. Ahora, la tecnología ofrece una alternativa más respetuosa con el terreno y, sobre todo, más rápida. Con sólo analizar variaciones de unos pocos centímetros en la superficie, la inteligencia artificial puede detectar restos antiguos sin necesidad de excavar.

En el caso de León, esas mínimas diferencias en el terreno fueron la clave. Unas pequeñas depresiones, apenas perceptibles, delataron la presencia de muros enterrados. Los programas de inteligencia artificial interpretaron esas señales y reconstruyeron digitalmente la estructura de la villa romana. Para los investigadores, esto supone un salto de paradigma: poder excavar sin tocar la tierra.

Los especialistas confían en que esta metodología se extienda a otros puntos de España. Nuestro país, rico en restos romanos y visigodos, podría beneficiarse de estos sistemas para localizar y proteger el patrimonio sin necesidad de intervenir físicamente en cada zona.

Qué pasará ahora con el yacimiento

De momento, los resultados del análisis ya han sido compartidos con las autoridades locales y con la Consejería de Cultura de Castilla y León. El siguiente paso será realizar prospecciones geofísicas y, si los indicios se confirman, comenzar una excavación parcial. Todo apunta a que el terreno podría conservar mosaicos, cerámicas o piezas arquitectónicas de valor histórico.

Si se ratifica la existencia de la villa, no sólo estaríamos ante un hallazgo importante para la arqueología leonesa, sino también ante una muestra de cómo la tecnología puede rescatar la memoria del pasado. Cada nueva capa de datos que se analiza amplía la posibilidad de encontrar más restos ocultos en otras zonas del país. Y es inevitable hacerse la pregunta: si la inteligencia artificial ha sido capaz de detectar una villa romana perdida durante casi dos mil años, ¿cuántos tesoros más estarán esperando bajo los campos de España?.

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