La extraña conexión entre la música y la política a lo largo del tiempo
La conexión entre la música y la política es profunda y multifacética, trascendiendo fronteras y épocas. Te contamos algunos datos.
La influencia de la música en la historia
Historia de la música española
La primera canción de la historia
La música tiene la capacidad de despertar todo tipo de emociones, sensaciones y recuerdos. De hecho, según los últimos descubrimientos en neuromarketing, la música puede estimular de manera simultánea varias regiones de nuestro cerebro y producir estados de relajación y placer. Por esta razón, la música se ha convertido en una herramienta poderosa en el marketing político emocional.
La vinculación entre música y política o entre campañas electorales no es nada nuevo, pero gracias a la era digital, esta extraña conexión está adquiriendo una mayor relevancia en las estrategias de los partidos o candidatos.
El poder de la música en la política
El lenguaje emocional humano está intrínsecamente ligado con la música, de ahí que transmitir un mensaje acompañado de música pueda cambiar la percepción de lo que se dice, sobre todo, en la comunicación política y el marketing de atracción.
En el marketing político, la música se puede utilizar como una herramienta para asociar el mensaje a un producto político o alcanzar diversos objetivos. Por ejemplo, hacer llegar más lejos los mensajes políticos, sociales y sus reivindicaciones, captar más adeptos a la causa o incluso para atacar a la competencia política.
La música también puede ser útil para segmentar el mercado electoral. Un contenido audiovisual con música moderna y juvenil, por ejemplo, puede atraer a votantes jóvenes, mientras que el si se acompaña con música más antigua, los votantes tendrán un perfil más adulto o mayor. Por tanto, el uso de canciones con técnicas de neuromarketing político puede hacer reflexionar al público y hacerlos viajar en el tiempo.
La música en la lucha por los derechos civiles
En la década de 1960, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos encontró en la música una poderosa aliada. Artistas como Bob Dylan, Joan Baez y Sam Cooke utilizaron sus canciones para abordar temas de discriminación y violencia racial. «Blowin’ in the Wind» de Dylan se convirtió en un himno de protesta, planteando preguntas sobre la paz, la libertad y la igualdad. La música se convirtió en una herramienta para unir a las personas en torno a una causa común y para inspirar un cambio social.
El movimiento por los derechos civiles también se vio acompañado por la música gospel y el rhythm and blues, que aportaron una rica tradición musical a la lucha. Canciones como «A Change is Gonna Come» de Sam Cooke se convirtieron en símbolos de esperanza y resistencia, resonando no solo en el contexto estadounidense, sino en todo el mundo.
La música y su influencia en la política en la historia
Las primeras canciones que se crearon especialmente para un candidato, hablando de él o criticando satíricamente al contrincante, se remontan a mediados del siglo XIX en EE.UU. Un ejemplo de ello son los temas “Lincoln and Liberty” (1860) o “Tippecanoe and Tyler Too” (para Harrison en 1840). Más adelante, en el siglo XX, diferentes grupos musicales comenzaron a mostrar públicamente sus vinculaciones políticas e ideológicas a favor, o en contra, de un determinado candidato.
Barack Obama es el político estadounidense que mayor apoyo musical ha recibido de grandes artistas de su país. Esto le permitió adquirir mayor popularidad y poder de convencimiento.
La música también ha sido una forma de expresión y protesta para hacer eco de temas sociales importantes dentro de la política, como el trato denigrante hacia la raza negra en EE.UU. Fueron muchas las canciones que se hicieron entonces para expresar esos padecimientos. Un ejemplo es la canción «Wade in the Water» (1901), la cual fue usada por la activista política y abolicionista Harriet Tubman (1822-1913) para advertir a los esclavos que se escapaban que debían esconderse para no ser encontrados por los perros de los esclavistas.
En la actualidad, una de las referentes musicales sobre los problemas que aqueja a esta comunidad es Beyoncé. Una de sus canciones más emblemáticas es “Black Parade” (2020), en la que relata una historia de discriminación. A través de este tema musical, Beyoncé exalta su origen afroamericano y, a la vez, protesta por la muerte de George Floyd a inicios del 2020.
La aplicación de la música en campañas políticas
Al momento de votar, los más indecisos tienen en promedio ocho segundos para poder decidirse. Estos segundos decisivos están asociados a imágenes y emociones, los cuales el votante intenta recordar para hallar respuesta ante esta incertidumbre. En este escenario, la música juega un rol determinante, pues cualquier elemento musical hará que el votante decline la balanza a un candidato.
Según diversos estudios en neurociencia, los motivos para votar por una opción u otra no sólo están relacionados con lo racional y lo ideológico, ya que también entran en escena elementos emocionales y conexiones neuronales que poco tienen que ver con las propuestas dadas por los partidos políticos. Es en el aspecto emocional donde la música tiene un especial protagonismo, ya que se le asocia a esta región cerebral.
La aplicación de la música en política es cada vez más contundente, sobre todo, en las campañas electorales, ya que se configura como una herramienta poderosa para reducir los índices de abstención electoral y cambiar las tendencias de voto en los votantes indecisos.
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