¿Cómo eran los funerales y enterramientos en la Edad Media?
La Edad Media fue una época llena de costumbres curiosas y tradiciones que reflejaban la mentalidad de la sociedad de aquel entonces.
Anécdotas curiosas de la Edad Media
Castillos imponentes de la Edad Media
Grandes ciudades de la Edad Media
Durante la Edad Media, la esperanza de vida de las personas era muy corta y la muerte en niños era común. Las continuas guerras, las hambrunas generalizadas y las enfermedades, especialmente la peste negra, provocaron muchas muertes, las cuales dieron lugar a rituales, supersticiones y tradiciones cristianizadas.
Los rituales funerarios en la Edad Media
Cuando una persona fallecía en la Edad Media, era común que los familiares prepararan el cadáver. El cuerpo era lavado con agua o vino y los dedos gordos de los pies y manos solían atarse con un cordel o rosario para impedir el del alma del fallecido a su cuerpo. Esta creencia fue tomando fuerza por el temor que se le tenía las almas en pena.
Posteriormente, el difunto era vestido con sus mejores prendas y era adornado con alguna joya valiosa, si pertenecía a la clase alta, en caso contrario, podían ser honrados con algún elemento que fuera identificativo de su persona. Una vez listo, el cuerpo era envuelto en un sudario o en una manta que cubriera por completo al fallecido, para que rompieran los lazos entre el cuerpo y el alma del difunto.
Los difuntos eran velados en alguna estancia del hogar y se le anunciaba a la comunidad, por medio del toque de campanas, que era el momento de asistir a la vigilia. En la era medieval los muertos eran objeto de respeto, por esta razón era de cumplimiento obligatorio hacer una visita al fallecido y a su familia.
Durante la vigilia, los asistentes sólo se limitaban a orar, pues los llantos y las dramatizaciones del dolor estaban prohibidos por la iglesia. En aquella época, se pensaba que sólo con oraciones se podría ayudar al “tránsito” del difunto hacia la eternidad. Los bailes y cantos en torno al fallecido, así como los banquetes tan populares en el pasado, también fueron prohibidos y penados por la Iglesia.
Los cortejos fúnebres y enterramientos en la Edad Media
En la Edad Media, el cortejo fúnebre acompañaba el cuerpo del difunto en solemne procesión, con los cirios encendidos y las ofrendas, hasta la iglesia y el lugar de la sepultura. Dicho cortejo, lo componían la familia del difunto, los clérigos y los religiosos, las cofradías la parroquia del finado, pero también podían vecinos de baja extracción social.
El cuerpo podía ser transportado por hombres o por animales (como la mula) y cuando se trataba de altas dignidades eclesiásticas o civiles, el féretro era llevado siempre en hombros. Además, era costumbre pronunciar el elogio del difunto en el foro si se trataba de un personaje notable.
La práctica funeraria más común durante el Medievo fue la inhumación. En aquel entonces, se tenía la creencia de que en el Juicio Final las almas regresarían a sus cuerpos terrenales para ser juzgados por sus actos. Por esta razón, el lugar de incinerarse, el cuerpo se enterraba en un lugar donde ninguna fuerza maligna pudiera apoderarse de él.
Lo habitual era enterrar los cadáveres extramuros de la ciudad o cerca de alguna colina, sin embargo, se hizo cada vez más común enterrar los cuerpos cerca de un lugar sagrado o directamente en el interior de una iglesia o capilla si se trataba de un personaje de la nobleza o alguien con una posición económica privilegiada. Por lo general, el entierro iba seguido de banquetes y en ocasiones, de juegos fúnebres.
En momentos de extremada necesidad, sobre todo durante una epidemia, los cuerpos de los afectados eran cremados con el fin de eliminar el riesgo de contagio. En estos casos, el cadáver era llevado a la pira encendida en extramuros. Luego, se recogían las cenizas en una urna y se colocaban en el sepulcro de la familia.
Otras costumbres curiosas de la Edad Media
El culto a los santos y reliquias
Durante la Edad Media, la religión católica tenía un papel central en la vida de las personas, y el culto a los santos y las reliquias era una parte fundamental de la práctica religiosa. Las reliquias eran objetos sagrados que se creía tenían poderes especiales, como sanar enfermedades o proteger a quienes las poseían. Por esta razón, las reliquias eran objetos muy codiciados y se llegaban a pagar grandes sumas de dinero por ellas.
Además, se creía que los santos tenían la capacidad de interceder ante Dios en favor de los fieles, por lo que se les rendía culto y se les pedía ayuda en momentos de necesidad. Durante la Edad Media, las reliquias y los santos eran venerados en iglesias y catedrales, y se organizaban peregrinaciones para visitar estos lugares sagrados.
La danza de la muerte
Una de las costumbres más curiosas de la Edad Media era la danza de la muerte, también conocida como danza macabra. Esta representación teatral, que se hacía en plazas públicas o en iglesias, mostraba a la muerte como una figura esquelética que bailaba con personas de todas las clases sociales, recordándoles que la muerte llega para todos por igual.
La danza de la muerte era una forma de recordar a las personas su propia mortalidad y de invitarlas a reflexionar sobre sus acciones en vida. A pesar de su aparente macabrez, esta tradición tenía un trasfondo moral y religioso, recordando a los fieles la importancia de vivir de acuerdo a los preceptos de la Iglesia.
Las supersticiones y creencias populares
En la Edad Media, las supersticiones y creencias populares tenían un papel muy importante en la vida cotidiana de las personas. Se creía en la existencia de seres sobrenaturales como brujas, duendes y espíritus malignos, que podían traer desgracias a quienes se cruzaran en su camino. Por esta razón, se realizaban todo tipo de rituales y amuletos para protegerse de las influencias negativas de estos seres.
Lecturas recomendadas
Temas:
- Edad Media