Zaplana: «No hay que entrar en el juego del PSOE como se ha hecho en Castilla y León»
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Eduardo Zaplana se adentra en las relaciones entre el Partido Popular y Vox. El ex ministro popular advierte a sus compañeros de que no deben caer en las trampas tendidas por el PSOE como se ha hecho en Castilla y León. Zaplana destaca que no conoce a ningún dirigente de Vox que reivindique públicamente la libertad de los presos de ETA o la convocatoria de un referéndum en Cataluña, como suelen hacer ERC o Bildu, los socios de Pedro Sánchez.
El ex presidente de la Comunidad Valenciana señala que ve a Abascal como el mismo político con quien compartió partido hace años y recuerda al PP en el que cabían todas las tendencias políticas del centroderecha.
PREGUNTA.- Según las encuestas, parece ser que el Partido Popular necesitaría el apoyo de Vox para poder gobernar. ¿Cuál cree usted que deberían ser las relaciones del Partido Popular y la formación de Abascal?
RESPUESTA.- Ya sé que la contienda política del día a día tiene sus cosas. Yo las he sufrido, las he pasado en otras épocas y ahora serán las que sean. Yo no estoy ni en los debates ni en los análisis que hagan, que seguro que tienen muchos más elementos de juicio que yo, pero veo todo esto un poco absurdo. El señor Abascal es el mismo que yo conocí hace multitud de años. Lo recuerdo como un compañero de partido. He convivido con él en el Partido Popular. Además, en una situación tremendamente difícil y complicada, jugándose la vida en el País Vasco, como todos sus compañeros. ¿Qué cuestión me puede plantear a mí el señor Abascal si ha sido compañero de mi partido durante muchísimo tiempo o cualquiera de las personas que se hayan podido ir a Ciudadanos? ¿Qué problema me plantean a mí? Todo lo contrario. Lo mismo que los que me pudieran plantear el señor Rivera o la señora Villacís. Ninguno. Ninguno, de verdad. Todo ese mundo ha convivido y ha convivido para bien del partido y de España, sin ningún tipo de problemas. Y naturalmente que hemos discutido, como discutirán ahora y como discutirán en cualquier otra formación política.
La convivencia con Vox
P.- Ese no suele ser el sentir mayoritario de la dirección popular.
R.- Mire usted, cuando yo hago la ley de uniones de hecho -la pongo de referente porque creo que viene muy bien a este caso- muchos dirigentes de Vox en la Comunidad Valenciana estaban en el Partido Popular y no pasó nada. A unos les gustaba más y a otros, menos. Pero en la Comunidad Valenciana, en Galicia, en Andalucía y en todas partes los partidos amplios son así. Los partidos de verdad -amplios- tienen lógicamente sus tendencias. Con eso hay que convivir perfectamente y no pasa nada.
P.- Pero, ¿no es cierto también que cuando Vox se escinde busca una tangente mucho más dura con respecto al Partido Popular?
R.- Vox pone de relieve algunas ideas que ya existían mientras sus dirigentes convivían en el seno del Partido Popular y las defendían muchísima gente. Había que buscar equilibrios como en cualquier formación política donde todo el mundo pudiera encontrar su espacio para sentirse representado. Yo, cuando miro el Congreso de los Diputados todavía identifico algunas caras que estaban conmigo y hoy están en Vox, también en Ciudadanos y en el PP, por supuesto. Esas diferencias se magnifican de forma interesada. Es un error que seamos nosotros los que estemos precisamente resaltándolas todos los días.
P.- Lo que ocurre es que Vox, como hicieron en su día con ustedes los socialistas con el famoso dóberman, es el único reclamo que tiene el PSOE, como se ha visto en Castilla y León, para frenar o estigmatizar al señor Núñez Feijóo.
R.- No hay que entrar en ese juego.
P.- ¿Es entrar en su juego lo que está sucediendo en Castilla y León?
R.- Allí, me imagino, en Castilla y León, como en cualquier otro sitio que se llegue a un acuerdo, habrá un programa que tendrán que cumplirlo con normalidad y defenderlo sin complejos. No hay ningún problema. Lo que sería un problema es que el PP, que puede necesitar a Vox para gobernar, escuchara a uno de sus dirigentes repetir lo que dicen los representantes de Esquerra Republicana u Otegi. Yo no he oído a nadie de Vox decir que hay que acabar con la Constitución y que hay que hacer un referéndum sobre no sé qué temas. Y, sin embargo, sí, oigo a los socios del Gobierno de Sánchez que van a hacer manifestaciones en contra de la cumbre hispano-francesa o que el referéndum se va a celebrar, sí o sí, a la fuerza. Sus socios en el País Vasco dicen que hay que acabar ya con la unión de España, que hay que ir a la desobediencia civil y sacar a todos los presos de ETA. Mire usted, eso no ocurre en el ámbito del centroderecha y, sin embargo, estamos hablando de cuestiones que no tienen la trascendencia para el futuro del país como las otras.